Hace dos años nadie creía que este momento fuera a llegar. Una crisis mundial se ha generado en el planeta y ha movido los cimientos del primer mundo. Lo que ocurre en esta parte del planeta modifica los acontecimientos del resto. La globalización, que llegó a nuestras vidas hace ya casi veinte años, ha hecho que los acontecimientos que se dan en el cono sur se conozcan al segundo en el cono norte.
Todo afecta a todo. Pero esta es una ley universal que teníamos olvidada. El planeta es una globalidad, un único sistema que interactúa biológica y con sinergia al compás: la extinción de una mariposa de la selva amazónica desencadena una serie de causalidades para el ecosistema universal. Todo depende de todo. La naturaleza es ilimitada pero el ser humano es limitado, como nuestra conciencia.
Desde hace varios años el tercer mundo grita y proclama un cambio de conciencia: hay tierra para todos, hay comida para todos, hay sueños para todos: las nuevas tecnologías, los avances de la genética humana, la nanotecnología, la psicología positiva, los nuevos líderes mundiales, algo revolucionario se está cociendo en nuestro milenio. Y esta crisis mundial debemos afrontarla como lo que es, una oportunidad para transformar los pensamientos, creación de nuevas ideologías, cambio de sistemas, acercamiento a los sueños.
Todo un nuevo movimiento se expande por nuestro entorno: hay una vuelta al pensamiento interno, lo encontrarnos sobre todo el la búsqueda de nuestros valores. Las palabras "valor" y "creencia" fueron pronunciadas por el líder mundial Barak Obama en su discurso de investidura presidencial. Estamos ansiosos de cambios, de nuevas emociones, de nuevos proyectos. Cada vez más se llenan las consultas de psicólogos por parte de gente que quiere encontrar respuestas a su ansiedad, a su vacío interior. Y el Coaching tiene respuestas para tanta gente que necesita apoyo en sus procesos internos.
Es un buen momento para los profesionales del Coaching, para la gente que sea capaz de transformar los sueños en metas alcanzables, sin trampas ni cartón. Debemos huir de las falsas expectativas, de vendernos como los transformadores del cambio: el coach es solo un facilitador, el poder está en el cliente, nosotros sólo creemos en sus potencialidades.
¿Y como aprovechar esta crisis como oportunidad? La sinergia, la vocación, la expansión del concepto Coaching: conferencias, charlas informativas, artículos, blogs webs, boca a boca. La mejor publicidad que podemos llegara tener es un cliente satisfecho. Un cliente que consigue sus metas es un prescriptor de nuevos coachees.
Para llevarlo a cabo hay que ser auténticos, buscar dentro de nosotros lo mejor: el coach debe haber pasado antes su propio proceso de depuración, de encontrarse con sus cicatrices, reconocerlas y saber el lugar y la posición que ocupan. Luego, tendrá la pregunta exacta para intervenir con su cliente. La gestión de nuestro propio talento, de nuestra propia conciencia es la baza más importante: aprender a fluir.
Dice Mihaly CSiksezentmihalyi, en su afamado libro "Flow", una psicología de la felicidad: "Cuando una persona es capaz de organizar su conciencia para experimentar el flujo, tan frecuente como le sea posible, la calidad de vida mejora inevitablemente porque, incluso en la rutina del trabajo, normalmente aburrido, llega a ser agradable y a tener un propósito". Si nuestro talento y el reto que nos marcamos están en consonancia, fluiremos.
Y es el estado de conciencia más ambicioso al que el ser humano puede llegar.
Vuelvo al momento actual: la crisis económica, la crisis de valores, la crisis del orden universal. Aprovechemos la oportunidad como coaches para apoyar el talento de cada cliente, elevar su estado de conciencia, posibilitar que sus valores y creencias le aporten habilidades y aptitudes encaminadas hacia el éxito (pirámide neurológica de Robert Dilts).
Escuchemos a nuestros clientes, apoyémonos en el aprendizaje de oír la voz interior y hagamos de la proactividad un liderazgo de nuestras emociones.
La crisis es cambio y el cambio es oportunidad. Estemos a la altura de nuestro propio reto.
(José Luis Fuentes es Life coach & profesional. Miembro de RHIACA, Red de Coaches Activos de España y Latinoamérica. Ejerce en Sevilla. Autor de libro de Coaching literario: El agua de las emociones).
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