Por Mauricio Bock
El éxito de la escena musical limeña ha demostrado que las personas se sienten unidas cuando comparten un mismo ritmo, una misma pasión. Para algunos es el refugio de las palabras que resultan crear una emoción, para otros simplemente el ritmo, el bailar y estar alegres por algunas horas. Más allá de estas emociones, tenemos también a los fans del grupo o “goupies” que encuentran en los cantantes su ideal de liderazgo.
Las organizaciones por su lado necesitan también funcionar como una sinfonía, estar ordenadas y sincronizadas. El maestro de orquestra debe de dar el ritmo, indicar cuándo actuar y quien debe de tocar más fuerte para amplificar el mensaje que desean hacer llegar.
JV Resguardo es un ejemplo de organización que ha entendido que un himno puede lograr un sentido de orgullo para sus colaboradores y ha creado junto al Grupo 5 “Vigilante Soy” para su equipo de vigilantes Liderman. Sin embargo se suele encontrar himnos empresariales más orientados hacia la fuerza de ventas. Bien construidos, estas canciones representan un distintivo que al igual que las bandas famosas generan pertenencia, orgullo y amor por la marca.
Recomendaciones:
- Estrategia: Si se decide por impulsar un himno empresarial, debe de tener resuelto antes la misión, visión y valores de la organización.
- Ritmos: escoja un ritmo representativo de la cultura de su empresa, puede ser moderna, tradicional, electrónica por ejemplo y representativa de la cultura del país y del estilo de su público, su gente.
- Letras: haga participar a su personal en la construcción de las letras. Organice por ejemplo concursos para el eslogan.
- Producción: dependiendo de su presupuesto, puede ser muy profesional o simplemente un himno cantado.
- Alternativas: existen también talleres de “team building” basado en los ritmos que permiten unir a sus equipos. Sea creativo en escoger lo que mejor transmita su cultura.
Mauricio Bock, docente de Centrum, Universidad Catolica.
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