“Cuando lo de adentro nos dice por dónde es, las
voces opinantes que zumban a nuestro alrededor ya no nos marean, los esfuerzos
que haya que hacer ya no nos asustan, la comodidad ya no nos tienta, el éxito
no nos preocupa: SIMPLEMENTE CAMINAMOS”
Usted no se imagina qué tan importante es saber
definir e identificar aquello que queremos en nuestra vida, y sobre todo creer
en lo más profundo de nuestro ser que ello es posible, que lo merecemos y que
poseemos todo el potencial y el talento necesarios para conseguirlo.
La “Voz del Deseo” es esa voz interior que nos hace
saber lo que queremos. Resulta ser tan fuerte que hace que nuestros oídos se
vuelvan sordos frente a aquellas personas que seguramente harán todo el ruido
posible para que nos detengamos, para frustrar nuestros propósitos, para
desalentarnos sobre nuestras capacidades o nuestra suerte (siempre los hay; no
sé si surgen porque sienten envidia al ver que nos animamos a caminar por
encima del abismo y ellos no, o quizá porque le temen tanto a los cambios y a
lo desconocido, que nos advierten con sinceridad sobre el peligro que creen
percibir y que según ellos corremos si salimos de “la caja”, de la rutina, de
lo mismo de siempre.
Resulta aún peor cuando la Voz del Deseo se
enfrenta a nuestra voz interior, ese diálogo con nosotros mismos que todos tenemos.
Cuando esto sucede, por un lado queremos avanzar, concretar eso que deseamos, y
por el otro nos detenemos, encendemos una luz roja de alerta y nos decimos
“-¿Estás loco/a? ¿Cómo crees que eres capaz de….? ¿De dónde vas a sacar el
dinero?...”
¿Cuándo piensa usted que alguien se pone en
movimiento? ¿Cuando alguien está insatisfecho y cuando está satisfecho?
Imagínese que Usted es invitado a un gran evento, con una abundante
agenda de banquetes que incluyen en su menú todos los manjares que a Usted le
encanta saborear. ¿Cómo queda después del festín? ¿Tiene ganas de moverse o
siente ganas de quedarse tendido en un sillón? Seguramente, como la mayoría, lo
que menos quiere es dar un paso, y va a evitar cualquier tarea, por más
necesaria que sea.
Traigo este ejemplo sencillo para incorporar un
concepto central de Coaching: buscamos algo nuevo cuando estamos
insatisfechos, cuando sentimos que lo que estamos haciendo no redunda en el resultado
que deseamos, cuando, aún intentando hacer cosas diferentes no llegamos a lo
que buscamos, cuando queremos escapar de algo que nos hace sufrir. En
definitiva, cuando tomamos CONCIENCIA y cuando asumimos la RESPONSABILIDAD para
hacer que las cosas ocurran. Ya es un logro enorme encontrarnos haciendo algo
diferente a lo que quizá durante años mantuvimos como un hábito. Esto ya es
mucho más relevante que pretender lograr el éxito al primer intento.
Recuerdo una anécdota que Fredy Kofman, gurú del
coaching, pero sobre todo, mi gran y querido amigo, contaba en algunas de sus
conferencias: “-Supongamos que un chico tímido está en un baile y sueña con
sacar a bailar a una chica. La ha estado observando en otros bailes a los que
ambos han concurrido. La chica le gusta y siempre ha estado imaginando cuál
sería el resultado de acercarse e invitarla a danzar juntos una pieza. Lo
asaltan muchas preguntas. ¿Ella lo aceptaría o sería rechazado? Y si ella lo
rechazara, ¿sería algo discreto o se sentiría humillado delante de sus amigos y
de los demás presentes? ¿Y si ella lo aceptara? ¿Le gustará a ella su forma de
bailar? ¿Se sentirá a gusto ella con él? ¿Cómo seguiría después la velada? Por
fin llega la noche esperada y nuestro tímido héroe se anima a sacarla a bailar.
La chica, por supuesto tiene derecho a decirle que sí o que no. En caso que le
diga que no quiere bailar con él, ¿diríamos que el chico fracasó o tuvo éxito?
Si Ud. piensa que el chico tímido fracasó porque se
quedó sin bailar, pues Usted está equivocado. Este muchacho resultó ser exitoso
porque se animó a hacer algo diferente, y principalmente porque se enfocó en
aquello que dependía absolutamente de él y estaba bajo su control: animarse, ir
y sacarla a bailar. ¿Estaba bajo su control que la chica le diga que sí? Pues
no, ¿verdad?
¿Cómo se traslada este ejemplo a la vida en
general? No midamos nuestro éxito a través del aplauso o la cachetada de la
otra persona, de lo que digan u opinen los demás. Midámoslo más bien en cada
pequeño paso, por minúsculo que sea; ese paso que nos lleva a que nuestro mundo
cambie, a que nuestra vida se acerque cada vez más a aquello que deseamos o
soñamos ser o tener.
Hablamos de conciencia, de responsabilidad y agrego
otro concepto central también en coaching que es la “acción”. No sirve terminar
de leer este artículo diciendo “voy a tratar de….” O “voy a intentarlo”. Le
aseguro que no lo va a hacer. Es normal que todos sintamos miedo frente a la
incertidumbre y también vemos que se repite a menudo ese patrón de respuesta
que culmina en el mero intento en lugar de culminar en donde debería: en el
logro del objetivo deseado y propuesto. Tal como le enseñaba el maestro Yoda al
joven Luke Skywalker en La Guerra de las Galaxias, para utilizar “el poder de
La Fuerza” no alcanzaba con intentarlo, sino que había que simplemente
“hacerlo”. Este lema cobró tal fuerza que terminó siendo el slogan de una marca
muy conocida de calzado deportivo: “Simplemente hazlo” (Just Do It), y ésta es
la clave, amigo lector, que le permitirá sentir que llegó a su meta:
simplemente hágalo, simplemente camine.
Patricia
Husni Falcón
Facilitadora
Internacional de TISOC
Coach Personal -Coach
Ejecutiva- Coach Equipos
ADD COACH
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