En estos tiempos de crisis es habitual escuchar casos
de gente con varias carreras, un par de docenas de idiomas, un puñado de
masters, una gran habilidad para la cocina y que además corre un par
de maratones al día, que no encuentra trabajo o, algo peor, que está trabajando
en algo muy por debajo de “lo que le corresponde”. A veces pienso que quizás
deberían haber dedicado menos tiempo a estudiar y más a “ver mundo” y a entender
lo que realmente se necesita.
Si durante años se ha contratado a estos perfiles es
porque las empresas han contratado “al peso” y lo han llamado “guerra por el
talento”. Por el mismo precio tenían unos profesionales de los que presumir del
mismo modo que algunos cazadores cuelgan sus trofeos en el salón. Y para bien o
para mal, el nivel de la mayoría de las empresas de este país no parece que
esté demandando gente tan preparada.
Vale, ya sé que lo anterior es una exageración pero
tengo la sensación de que en demasiadas ocasiones nos centramos demasiado en lo
QUE somos o en lo que se supone que valemos en lugar de en PARA QUÉ somos
valiosos.
A estas alturas todavía me encuentro a muchísima gente
que no se da cuenta que a ninguno nos van a pagar por decir lo buenos
que somos (bueno excepto a ese medio centenar de parlamentarios españoles
a los que el domingo les habrá tocado la lotería de las elecciones
europeas). Si alguien está dispuesto a pagarnos una nómina o una factura es
porque necesitan algo y nosotros podemos solucionarlo.
Digo esto porque cuando se habla de
Branding Personal existe una importante tendencia a centrarse en uno
mismo. No me extraña que algunos digan que esto consiste en alimentar el ego.
En los primeros lugares de cualquier post con los “secretos” para ¿crear? una
Marca Personal suelen aparecer dos factores, descubre tu pasión y descubre tus
fortalezas.
Eso de descubrir aquello que te hace bueno y con
qué cosas disfrutas es algo necesario pero completamente inútil si no se tiene
en cuenta algo más importante. Me refiero a tener claro si esas fortalezas y
esa pasión le interesan a alguien.
Como ya he dicho muchas veces, es fundamental
darse cuenta que una Marca Personal no es algo que se tiene sino algo que se
deja. Por lo tanto, una Marca Personal será más fuerte cuanta más gente haya
interesada en ser “marcada” o en que dejes una huella en ellos. Y eso sólo se
producirá si consideran que lo que tu ofreces es relevante, útil o necesario
para ellos. Si eres un gran apasionado o tienes unas fortalezas que sólo te
sirven para ponerlas en un DAFO, mejor olvídate de ser tenido en cuenta.
El DAFO siempre me ha parecido una herramienta
aburrida a la que siempre he tenido manía. Pero ya que la tenemos deberíamos
tener en cuenta el resto de las letras además de la F de fortalezas. En la vida
no todo lo importante empieza con F. Creo que es fundamental poner en primer
lugar la O de oportunidades.
·
¿Qué oportunidades detectas?
·
¿En qué puedes ayudar?
·
¿Qué problemas existen?
·
¿De qué modo puedes hacer que las cosas
mejoren?
Creo que primero hay que encontrar el problema y luego
buscar en tu mochila las herramientas que te permitan arreglarlo. Quizás no
necesites tener un equipo supersofisticado (Fortalezas) para resolverlo, puede
que baste con un poco de cinta aislante y tu experiencia. Quizás
tener varias carreras y un par de docenas de idiomas pueda convertirse en
una debilidad cuando se trate de satisfacer las necesidades más frecuentes.
Una de las cosas que suelo decir en mis cursos es que
debemos ser un poco macarras y tratar de buscar problemas. Es en los problemas
en donde están las oportunidades. Quizás en muchas empresas no se
dan cuenta de lo mal que están haciendo algunas cosas o lo sencillo que
sería mejorar otras, pero si tu eres capaz de ver esa carencia o esa opción de
mejora sólo tienes que ver de qué modo puedes ayudar y ofrecerte para llenar un
hueco que quizás ni se han enterado que tienen.
Si estás esperando que aparezca una oferta de empleo
que encaje con tus fortalezas puedes esperar sentado pero si detectas carencias
que puedes suplir quizás te consideren como una opción valiosa y a tener en
cuenta. Entre otras cosas porque sólo tu les ha abierto los ojos.
Creo que es imprescindible saber con qué
herramientas contamos y de qué mimbres estamos hechos. Pero las personas somos
polifacéticas y somos buenos en algunas cosas y podemos llegar a serlo en
otras. Pero la relevancia o el valor no es algo absoluto sino relativo, es algo
que va a depender de la oferta y la demanda, de lo que te necesitan o de la
gente que pueda ofrecer lo mismo.
Hasta hace algunas décadas, tener una carrera o un
master podía ser una fortaleza, ahora no lo es o lo es mucho menos. Al dejar de
mirarnos el ombligo o dejar de pensar en lo injusto que es el “sistema” porque
no nos da lo que “merecemos” podremos empezar a mirar al exterior y encontrar
el modo de ser útiles aunque quizás lo que podamos aportar no sea
precisamente aquello en lo que somos más fuertes… aunque siempre podemos
mejorar.
Por Andrés Pérez Ortega
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