Olga Edith López
En mis anteriores artículos había abordado el tema de la gestión de talento, adentrándome en sus características e importancia dentro de la empresas del siglo XXI. En esta ocasión quiero resaltar la labor del profesional que hace posible que dicha gestión se lleve a cabo de manera adecuada.
La gestión de talento es una tarea que hoy por hoy le compete al área o departamento de recursos humanos de las organizaciones (RRHH), junto con otras tantas funciones asociadas con el manejo de personal, funciones entre las cuales se encuentran las prácticas meramente funcionales basadas en normas, procedimientos o sistemas de gestión. De esta tarea, bastante amplia, se encarga el director de RRHH, quien no puede asumir a la vez todas las tareas de su departamento. Lo anterior implica contar, dentro del área de RRHH, con una persona que se encargue exclusivamente de la gestión de talento: el GESTOR DE TALENTO.
Ahora bien, ¿en que debe centrarse el gestor de talentos para que su trabajo sea exitoso? A continuación se mencionan algunos de los frentes que debe atacar y cómo hacerlo.
1. Encontrar, reclutar y dirigir el recurso humano
Esto implica, determinar en primera instancia, qué tipo de talento requiere la empresa y sus competencias en diferentes niveles y seleccionar pruebas que permitan garantizar la contratación de dicho talento. El gestor también ha de ser proactivo y proactivo, entender y dar cuenta de por qué determinada persona decide y merece trabajar en la organización y permanecer allí, así como también, los valores que aporta a la empresa.
No basta con encontrar el talento ni con convencerlo de ser parte de la empresa. Es necesario también crear políticas y programas que permitan mantener el talento en la empresa de manera constante.
2. Generar información de talento
Esto es, recoger constantemente información de los movimientos del mercado y la competencia y estar atento de sus posibles movimientos y cambios, especialmente en lo que concierne a la calidad de su personal y a programas de acción que permitan motivar y desarrollar a dicho personal.
3. Reconocer el talento
Identificarlo, reconocer sus competencias a primera vista, incluso antes de aplicar pruebas o test específicos. Seleccionar profesionales comprometidos, capaces, innovadores, motivados, competentes en su hacer y su ser. En este sentido, la ayuda de un COACH es fundamental, pues éste colabora en la identificación de posibles candidatos para la promoción y formación de las capacidades requeridas y orienta a la empresa en el proceso.
4. Cuidar el talento
Se refiere a implementar estrategias que ayuden a conservar el talento humano, esto mediante la medición y el apoyo a los líderes o cabeza de departamento (o equipos de trabajo) para que participen en la retención del talento; a través de la continua revisión de las competencias de estilo de liderazgo, la diferencias entre la cultura actual y la que se desea alcanzar y la medición y evaluación del clima de trabajo de los equipos y de la empresa en general, así como de los niveles de equidad interna y externa de la retribución. En este punto, la ayuda el Coaching es de gran importancia, pues es una herramienta que puede ofrecer y desarrollar programas de liderazgo orientados específicamente a al empresa en cuestión, que impulse el cambio cultural, la identidad del talento con la organización, la política de compensación a dicho talento, todo ello con un objetivo claro: reforzar el compromiso de los profesionales.
5. Solucionar problemas en torno al personal
De presentarse inconvenientes e incomodidades en relación con el recurso humano y su productividad en la empresa, dialogarlo y buscar posibles soluciones. Aquí es Coaching también es un recurso fundamental que puede ayudar a determinar si las competencias del personal son acordes con aquellas requeridas por el puesto de trabajo que ocupa, pero si tiene otras habilidades que permitan su reubicación.
6. Integrar talentos
Es decir, involucra a las personas en la empresa y cuenta con el apoyo de la dirección para unir la planeación estratégica al área y transversalmente a toda la organización. Así, encuentra la comprensión y colaboración de los trabajadores y coopera al desarrollo de todos y de la empresa.
7. Es un profesional de mente abierta y un excelente negociador
Sabe pactar, llegar a acuerdos, desenvolverse ante diferentes situaciones y lograr sus objetivos.
(La autora es Lic. en Lenguas Modernas de la Universidad Pedagógica Nacional, con estudios de Maestría en Lingüística Española del Instituto Caro y Cuervo. Es la editora de ERDC y funge como editora del sello colombiano Editorial Sumasaberes).
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