Más sabe el griego: el poder de una pregunta
Editorial
Hay algo maravilloso dentro del mundo del Coaching que lo distingue de otros modelos de intervención: nos referimos al
arte de preguntar. Un portal infinito se abre a partir de una pregunta
ingeniosa.
Algunos pensarán: esto ya fue dicho por los griegos. No
aporta algo innovador. Sin embargo, ¿hasta qué punto fomentamos en la
actualidad el arte y ciencia del buen preguntar? ¿Cuán seriamente nos educamos
para crear preguntas substanciales?
Una pregunta, ya sea escueta o estilizada, expande la
mente hacia nuevos horizontes. Las grandes invenciones y los experimentos
exitosos han surgido precisamente de una pregunta curiosa. Se dice que el
pequeño Einstein, con una brújula en mano, creaba preguntas interesantísimas
sobre el tiempo y el espacio.
En el ámbito de las relaciones, una pregunta sutil podría
mejorar nuestros vínculos con los demás (ejemplo: “¿Puedo sugerirte algo? ¿Qué
puedo aportar en nuestra relación?”) Una pregunta precisa, contrario a una
crítica, podría crear auto-conciencia en un niño para así “despertar” (“¿No
habrás utilizado demasiado azul en tus dibujos? ¿Qué harías si apareciera un
duende mágico que cumpliera todos tus sueños?”). Hasta el criterio final de la
mujer más hermosa del Universo resulta ser deliberado por una última pregunta.
Los coaches tenemos un arma poderosa que no debemos
olvidar: esa curiosa y estilizada curva en un signo arbitrario, cuyo punto
mágico es capaz de crear introspección en el cliente y ofrecerle la adrenalina
suficiente para actuar. Ya lo dijo Sócrates: seamos parteros del conocimiento.
Elaborar más y mejores preguntas en cada instante, es una
gran responsabilidad: no sólo como coaches, sino también como descubridores de
los grandes misterios de la vida. Cuestionamientos como ¿Qué no se le ha
ocurrido todavía? ¿Cuál es el próximo paso? ¿Qué haría su jefe o su mayor ídolo
en esta situación? ¿Qué más puede aportar? ¿Cómo se sentiría cuando logre su
meta? son fundamentales para que cada cliente llegue a la cúspide de sus
sueños.
Y finalmente ustedes, queridos colegas, ¿qué se
preguntan?
No hay comentarios:
Publicar un comentario