Hace unos años fui invitado a
Expomanagement. Escuché a Michael Porter (Estrategia); Jeffrey Sachs
(Economía); Nicholas Negroponte (Tecnología): William Ury (Negociación); Arie
De Geus (Organización Inteligente); George Bush (Globalización); Thomas Steward
(Capital Intelectual); Jack Welch (Liderazgo); Philip Kotler (Marketing) y tomé
muchas notas que aún continuo repasando ya que la mayoría siguen estando
de rabiosa actualidad a pesar del tiempo…
Hoy
quiero compartir contigo algunas de las cosas que dijo Michael Porter y que tal vez puedan ayudarte en tu
tarea diaria, sobre todo si eres de las personas que se tienen que estrujar el
cerebro para diseñar una estrategia de éxito. Aquí las tienes:
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El 75% de las empresas no tienen estrategia y se limitan a copiar a sus
competidores.
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Si todo el mundo persigue el mismo objetivo, las compañías terminan por
parecerse cada vez más y, entonces el cliente elige en base al precio.
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Las empresas no deben intentar ser las mejores, sino ser singulares.
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Deben destinar sus recursos a innovar y descubrir nuevas necesidades que puedan
cubrir mejor que nadie.
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Algunos ejecutivos confunden la estrategia con las aspiraciones.
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La estrategia es lo que permite obtener una ventaja competitiva y alcanzar
aspiraciones como ser líder, aumentar las ventas o ganar cuota.
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Todo el mundo hablaba de visión y misión. Yo creo que debemos olvidarnos
de eso.
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¡Visión es lo que tienes cuando no has dormido en tres días! La
estrategia, en cambio, permite diferenciarse de los demás.
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Aerolíneas Southwest ha sabido distinguirse de sus competidoras. Su
modelo, basado en el bajo precio, le ha convertido en la firma más rentable del
sector en USA. ¿Se puede decir que es la mejor? Para mí no. Yo
quiero que me reserven el asiento, viajar en primera y comer durante el viaje.
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La estrategia supone hacer que los clientes estén contentos. Nos han
enseñado a hacer siempre lo que ellos quieren. ¡Es un error!
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Una estrategia conlleva decidir qué necesidades específicas de ciertos clientes
vamos a satisfacer. Y el resto, que se aguante, porque, si intentamos
tener contentos a todos, nos quedamos sin estrategia.
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Los directivos continuamente están haciendo preguntas equivocadas. ¿Cómo
construir el mejor coche? ¡No! ¿Qué cualidades voy a necesitar para
ser singular? Ésa es la cuestión.
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El mundo de los negocios tiene desenfocados sus objetivos.
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Hay quién considera que la estrategia es revolucionaria. Con Internet, se
decía que había que transformarlo todo, ponerlo patas arriba. Y, ¿qué
pasó? Pues que no hubo muchas revoluciones.
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Basar las estrategias en el valor de la acción es una manera casi segura de
arruinar la empresa.
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Los analistas pueden ver un balance, pero no entienden el negocio que se
esconde detrás de esas cifras.
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Actualmente, una idea muy peligrosa es que el mundo está cambiando y los
cambios son cada día más rápidos. No está demostrado pero todo el mundo
lo dice.
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Ante los cambios, debemos olvidarnos de la estrategia y ser más
flexibles. ¡No, esto no es verdad!
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Flexibilidad y estrategia no son dos conceptos incompatibles. Siempre que
una compañía se mantenga fiel a su estrategia, puede configurar estructuras más
ágiles.
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La estrategia exige continuidad, pero esto no significa quedarse anclado en el
pasado, sino utilizar las innovaciones como una herramienta de mejora.
Por Jaime Pereira
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