miércoles, 27 de febrero de 2013

Live Strong

“El mayor peligro para la mayoría de nosotros no es apuntar demasiado alto y no conseguir lo que uno quiere, sino apuntar demasiado bajo… y lograrlo”
Miguel Ángel

Todo el mundo nace único e irrepetible. Pero a través de los años, trabajamos muy duro y no dejamos de esforzarnos para ser como todos los demás.

Hoy en día la sociedad celebra tanto la mediocridad que no se necesita mucho para situarse por encima del resto.

¿Para qué conformarse con ser sólo “suficientemente buenos”, si podemos ser extraordinarios? Ser “suficientemente bueno” hace tiempo que ha dejado de ser suficiente. En el mundo actual estar “en la media” es el mejor sitio para no ser nadie, o para ser un perdedor… y si estás leyendo esto es porque deduzco que no quieres ser ninguna de las dos cosas…

¿Qué hace falta para ganar un partido de futbol? ¿O para ganar una carrera de fórmula 1? Para triunfar no hace falta ser perfecto o infinitamente mejor que tus rivales, tan sólo hace falta ser “un poco mejor”, no es necesario una gran goleada o doblar al contrario… si metes un gol más, si eres una milésima más rápido en cada vuelta, la victoria es tuya… es suficiente. Y en la vida las cosas no son muy diferentes… la única diferencia es que a menudo, para el segundo no hay medalla de plata.

¿Qué ocurre si quedas segundo en una entrevista de trabajo? ¿Qué ocurre si la última persona admitida en una oposición saca una décima más que tú? En la vida por lo general, quedar segundo significa ser el primero de los perdedores.

Por eso yo te pregunto… ¿Te crees capaz de conseguir marcar ese gol adicional? ¿De ser esa milésima de segundo más rápido? Y sobre todo… ¿Estás dispuesto a asumir el esfuerzo que conlleva el ser capaz de lograrlo?

Sólo tú puedes saber quién quieres llegar a ser, lo alto que quieres llegar así como el esfuerzo que estás dispuesto a realizar para conseguirlo. No existen fórmulas mágicas, trucos o atajos, tan sólo voluntad, esfuerzo, dedicación y trabajo. Si realmente sabes dónde quieres llegar, nadie tiene el derecho a impedírtelo, pero tienes que estar dispuesto a dar los pasos necesarios para ello.

Todas las personas tenemos la capacidad de decidir hasta dónde queremos llegar en nuestro compromiso con nosotras mismas.

Huye de la mediocridad, no seas uno más de esa masa de gente que piensa solamente en exigir sus derechos y sin embargo no siente ninguna obligación de hacer algo para ganárselos. Caer en la mediocridad es caer en el conformismo, resignarse a vivir a medio gas.

Disfruta del desafío que te plantea el tener la vida por delante y no te conformes con menos de lo que puedes llegar a ser, ¡¡ Cada día es una nueva oportunidad para crecer y superarte!! Y está en tu mano aprovecharla, o dejarla marchar…

En el mundo en el que vivimos hoy en día, tenemos la obligación, que no la oportunidad, de poder dar un paso al frente y asumir la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan, las oportunidades y el éxito es muy difícil que vengan a buscarte a la puerta de tu casa.

Pero no sólo tenemos esa obligación, también hemos nacido con la capacidad suficiente para dar ese paso adicional que hace falta, ya que afortunadamente la naturaleza nos ha dotado de los mismos elementos que otros hombres que abandonaron el camino de la mediocridad tuvieron… dos brazos, dos manos, dos piernas, dos ojos y una maravillosa mente para usar, siempre que estemos dispuestos a ello.

La simple posibilidad de plantearse ser grande asusta, ¿verdad? Puedes tener miedo si quieres, nadie va a reprochártelo, pero que ese miedo sea un miedo tremendo a ser mediocre, no a dar un paso al frente y marcar la diferencia.
Sólo se vive una vez, pero si lo haces bien, es más que suficiente

Iñaki Posadas Martínez
Licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Pública de Navarra, Master en Coaching Personal, Ejecutivo y Empresarial por el Instituto Europeo de Estudios Empresariales, Master Coach Grado Experto por The International School of Coaching, Master M.B.A por la escuela de negocios IDE-CESEM, formado en Liderazgo Estratégico por la Nebrija Business School.

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jueves, 21 de febrero de 2013

Manjar y delicias: Usted, Inc.

Prof. Víctor Lleras

autores@tisoc.com

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     Usted tiene el mejor producto, la más extensa cadena de distribución, lo último en tecnología, las más recientes tácticas de venta. Más importante aún, tiene todas las ganas del mundo para echar hacia adelante su negocio. Pero inexplicablemente su competidor, con un producto de segunda categoría, continúa superándole año tras año en ventas.

     Deténgase.

     Es hora de hacer un análisis que aunque no sea fácil, puede cambiar su vida tanto en el nivel de los negocios como en el ámbito personal. Para lograr esto, es necesario que conteste la siguiente pregunta: ¿cuál es el nombre del producto más importante que tiene para ofrecerle a sus clientes?

     Pista: Ese producto no se construye en una fábrica, ni se vende al por mayor.

     Ese producto es: Usted.

     La persona que entienda que la mayor parte de las ventas que se hacen tienen como base las emociones y no la lógica, va a tener una ventaja sólida sobre su competencia. Eso explica por qué una persona está dispuesta a pagar $195 por unos mahones marca X cuando los mahones marca Y se hacen en el mismo lugar, con la misma mano de obra y con el mismo material a un precio de venta de $30. Si utilizamos la aparente irracionalidad del planteamiento anterior y lo aplicamos  a la persona que está llevando a cabo la venta, vamos a entender por qué los clientes están dispuestos a pagar más por un producto o servicio que otro vendedor le está ofreciendo a un precio más bajo. La razón casi siempre se resume en CONFIANZA.  La confianza se construye de muchas maneras, desde el excelente servicio hasta la calidad de lo que se ofrece.

     Pero el foco nuestro será en otro factor que muchas veces se pasa por alto y tiene que ver con la manera en que nos proyectamos ante otras personas. De la misma manera en que a un producto se le construye una imagen y se crea un valor añadido -que, aunque intangible es muy real y se traduce muchas veces en márgenes de ganancias monumentales- también la idea de imagen aplica para usted como persona.

     Una imagen pobre en relación con la manera cómo se ve y se expresa puede tener un costo de miles de dólares para su negocio. Por otro lado, una imagen interesante y cuidadosamente pensada puede generar grandes márgenes de ganancia. Algunos de los factores por considerar son: peinado, ropa y lenguaje, tanto verbal como no verbal. Tocaremos cada uno de estos factores por separado para entender bien lo que se quiere plantear.

Peinado

     Usted lleva 20 años con el mismo peinado característico de los años 80´s y pretende vender productos que tienen que ver con el mundo de la moda.  Hay una contradicción entre lo que usted vende y lo que proyecta; por lo tanto, el cliente en potencia comienza a cuestionar su producto sin siquiera probarlo. En la imagen, el peinado se puede usar de múltiples maneras: para llamar la atención, para proyectar sobriedad, para comunicar un ideal, para representar a un mercado objeto, etc.; lo importante es que encuentre uno que además de hacerle sentir cómodo, lo separe del resto de sus competidores. Un peinado singular puede ser un factor que abone a la recordación de su presentación. Analice la frase anterior, un factor externo puede ser el detonante que un cliente necesita  para separarlo de media docena de presentaciones que escuchó en un día. Cabe señalar que un peinado ridículo tampoco va a abonar positivamente. El objetivo es que la gente se ría con usted, no que se ría de usted.

     Vestuario

     La ropa que usted utilice debe mantenerse dentro de ciertos códigos, pero eso no quiere decir que no puede ser creativo a la hora de vestirse. La combinación de colores puede decir mucho acerca de quién es usted sin siquiera haber abierto la boca. Usted puede comunicar seriedad, energía, vitalidad o, por supuesto, mal gusto y una personalidad aburrida por medio de las piezas de ropa que lleve puestas. Imagine que decide contratar a un arquitecto para la remodelación de su casa y él llega vestido con una combinación desastrosa. Usted va a desconfiar del gusto de la persona que en unos días le va a presentar un estimado en el que usted va a invertir miles de dólares. Esto significa que sólo por la manera de vestir de la persona, en los primeros cinco segundos de haberlo visto usted ya se laceró algo bien importante: la confianza.

Lenguaje

- No verbal

     Usted ni siquiera ha planteado su propuesta de venta y su postura, expresión facial, manejo de las manos y foco visual se convierten en un indicador poderoso sobre lo que la otra parte puede esperar de usted. Su postura debe ser relajada y no debe ir a ninguno de los extremos, ni jorobada, pues denota derrota o falta de pasión, ni rígida, pues denota nerviosismo e inseguridad. Su expresión facial debe tener una pequeña sonrisa que no se note plástica ni ensayada. Debe proyectar positivismo y confianza en sí mismo. Las manos las usa para acentuar puntos importantes, no haga movimientos demasiado bruscos, porque eso lo hará ver torpe y le quitará fuerza a su planteamiento por más profundo que sea. Por último, mire a su cliente a los ojos y de vez en cuando desenfoque la mirada y vuelva a enfocar. No llegue al punto de la intimidación, use el sentido común.

- Verbal

     La composición de sus primeras oraciones debe ser cuidadosa. La otra parte va a formar una imagen suya según su comportamiento en esos primeros minutos de cambios de impresión. Hable con sentido, no use muletillas, no tenga miedo de usar silencios, evite los rodeos, no diga en cinco oraciones lo que pudo haber dicho en una a menos que se esté contando una historia con el propósito de crear una emoción en la otra persona. Evite usar palabras técnicas que sólo sirven para enajenar a la otra persona y crear un nivel de incomodidad que nada aporta a la buena comunicación.

     Estos pensamientos son sólo una introducción al estudio de su producto más importante: Usted. Si aprende a manejar este producto, verá la utilidad que tiene para todo en su vida.

     Proyecto:

     1. Pregunte a un amigo cómo lo describe a usted como persona.
     2. Pregunte a un cliente cómo lo describe a usted como persona.
     3. Defina en una oración qué es lo que quiere proyectarle a las otras personas.
     4. Selecciona una palabra (sólo una) que lo va a describir ante su mercado objeto.
     5. Defina cuál es su misión en el mundo de los negocios.
     6. Defina cuál es su visión en el mundo de los negocios.
     7. Defina qué tipo de vestimenta representa mejor su tipo de negocio. Sea creativo.
     8. Analice su lenguaje de negocios y los temas que debe dominar. Tome acción en donde haya un punto débil.

     La efectividad del ejercicio depende de la honestidad con la que lo aborde. Recuerde, el que pueda identificar las áreas en las que está fallando no es sinónimo de fracaso, sino de oportunidades que lo van a seguir acercando al éxito en la medida en que los confronte.

      Éxitos.

(El autor posee más de 12 años de experiencia en el campo de la publicidad. Actualmente es consultor de múltiples empresas en el área de publicidad, estrategia, mercadeo y ventas. Ha trabajado para prestigiosas marcas como Kellogg's, Bacardi, Haagen-Daz, Nissan, Anheuser-Bush, Procter & Gamble, Pillsbury, Coca Cola, General Motors, Pfizer, Univeler y McDonalds, entre otras. Es conferenciante y profesor de la Universidad del Sagrado Corazón.)

martes, 19 de febrero de 2013

Reseña: ¿Quién te dijo que no puedes?

Moraima Oyola

autores@tisoc.com

Autora: Moraima Oyola Pizarro
Forjando un Nuevo Comienzo
2008

       El Libro ¿Quién te  dijo que no puedes? presenta la historia real de un  hermoso presente nacido sobre las huellas del  dolor. Es un homenaje  a la capacidad ilimitada de los seres humanos para sobrevivir y superarse. Es un manual para aprender a volar por encima del pasado, compartiendo herramientas  para ayudar a otros a vivir. Nos enfrenta sin reservas al desesperante drama de la pobreza  y la violencia. Describe con acierto las terribles emociones de una víctima, estremeciéndonos con su dolor  para luego devolvernos la vida.

       ¿Quién te  dijo que no puedes? narra la historia  de una joven empresaria  que vivió en extrema pobreza y fue sometida a maltrato por parte  de su padre durante los primeros dieciséis  años de su vida. Nos relata como a sus trece años  de edad comenzó a trabajar durante las madrugadas en un vertedero (lugar donde se arroja la basura) en su país natal, Puerto Rico.

       En su libro, Moraima Oyola  nos cuenta que hubiera dejado todo lo que tenía a cambio de recibir los abrazos de su padre y que por no tenerlos, sufría todo el tiempo. Al nacer, subió a un enorme barco lleno de desafíos y ensueños. Se encontró con una persona  que era la que la acompañaría durante todo el  viaje hasta llegar a puerto seguro. ¡Ese era su padre! Lamentablemente, esa no era su verdad.

       El manual nos brinda detalles acerca de cómo su papá, durante todo el  viaje,  la dañó, hirió y maltrató bajándose en un puerto, dejándola  huérfana de amor  y de su compañía irreemplazable, enfrentando profundas  tristezas y enormes naufragios, pues en el asiento que dejó vacío nunca volvió  a sentarse nadie. Vio  su despedida, pero jamás  su regreso.

      Los primeros seis capítulos del libro hablan de los eventos más horribles que vivió en su casa, incluyendo cuando su padre intentó quemarla viva junto a su familia. También relata cómo su padre le ocasionó una herida en su pie con una botella de cristal, cuando ella tan sólo tenía solo 10 años, diciéndole:"Cada vez  que veas esa herida recuerda que me voy a encargar de que tú seas  una porquería y te convertiré en una basura".

      Los ocho capítulos restantes narran  cómo esta joven se levantó y decidió cambiar su historia convirtiéndose en una gran motivadora, cambiando su dolor por valor.

      La autora nos brinda  herramientas para alcanzar la abundancia  y vivir  en perdón al llevarnos a desarrollar  el potencial necesario para alcanzar nuestros sueños. Este libro  inspiracional  nos  enseña a:

      1. Nunca  aceptar  un no  por respuesta.
      2. Desarrollar la capacidad para el manejo de emociones.
      3. Vivir  decretando.
      4. No abandonar nuestro lugar.
      5. Creer aunque otros no crean.
      6. Conseguir la transformación de un guerrero empresarial.
      7. Herramientas  de  empoderamiento para llegar a  ser  un empresario  exitoso.
      8. Vivir  en perdón.
      9. Cambiar la dirección del viento.
      10. Cambiar la manera de ver las circunstancias.

      El libro es una invitación  a modificar nuestra manera de ver las cosas para  que surja un cambio que nos revele una  gran verdad. ¡En el mundo existen dos tipos de  personas: los realistas y los soñadores. Hay una gran diferencia entre ambos: los realistas  saben perfectamente hacia dónde van, los soñadores YA ESTUVIERON ALLÍ.

(Moraima Oyola es empresaria, motivadora y escritora puertorriqueña. Es Directora Ejecutiva de la fundación Forjando un Nuevo Comienzo, en su país natal. Fue premiada en   Estados Unidos  como la Mujer Award 2006. Ofrece talleres  de motivación  a la clase  empresarial y ha participado en foros junto a grandes personalidades  como Rigorberta Menchú.)  

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viernes, 15 de febrero de 2013

¿Mejorar o no mejorar?

mejorar-personalidadParafraseando  a Shakespeare….Es esa la cuestión?

O mejor dicho…¿Es esa pregunta correcta? ¿Son esas las opciones?

No.

Mejorar es cambiar . La vida es cambio, y con los cambios cambiamos….siempre.

Por tanto no cabe decir cambiar o no cambiar, porque cambiamos igual.

Entonces… ¿cual es la pregunta correcta?.

La pregunta es:  “¿Mejorar o empeorar?”

Suena fuerte, pero  de acuerdo a mi experiencia,  real.

Como no deseo imponerte una forma de mirar, te invito a buscar casos de personas que conoces y, que sin cambiar pudieron seguir siempre igual.

¿Conoces el caso de alguien que sin crecer pudo no envejecer?

En el trabajo en la Empresa, cambiás…¿Por qué?

Porque si seguís trabajando igual que antes, o tu empresa sigue siendo la misma de otros tiempos, te quedás atrás, y entonces perdés el trabajo o el trabajo te pierde a vos, o, perdés la Empresa o la Empresa te pierde a vos.

Ese es el riesgo de quedar obsoleto, laboralmente.

Cuando algo no esta a la altura de los tiempos que corren, se pone viejo, y deja de servir.

De servir a otros, o de servirte a vos mismo.

En el plano Empresarial para que esto no suceda existe la Reingeniería en Calidad de Procesos.

Pido permiso a los expertos para decir, sencillamente que es aplicar el in-genio

(Creatividad) para mejorar el modo de hacer las cosas y superar los resultados obtenidos.

Tiene lógica. Porque hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes es un grado de locura.

Sin embargo, veo cada día mas empresarios, comerciantes, profesionales o trabajadores que aplican procesos de ingeniería en calidad para hacer las cosas mejor, pero no aplican el mismo criterio para mejorar su vida.

Entonces tratan de hacer las cosas bien sintiéndose mal, lo cual con el tiempo no es sostenible por imposible.

¿Y por casa como andamos?

Imagina un cheque con muchos ceros, que  llega a tu nombre…Cambiaría tu vida verdad?

Y si ese cheque no tiene un uno adelante…¿Cambiaría tu vida?

No.  Porque sin el uno adelante no tiene valor. Trabajás duro para agregar ceros……pero…

¿Dónde estas vos en esto?. Solo si estas primero el resto tiene valor.

Te invito a convertirte en Ingeniero de vida. Hace tu propia Re-ingenieria de Calidad Personal.

Dale calidad a tu vida.!!! Contratá expertos que te ayuden, busca modelos de referencia y anímate al cambio!

Cuando estas viviendo tu vida buscando un  nuevo sentido...El sentido es: Vivir Mejor!!!

Por Nora Biderman, Coach/Counselor. Puede contactar con el autor desde autores@tisoc.com

lunes, 11 de febrero de 2013

Responsabilidad y estrés

estresQué duda cabe de que todos, de una manera u otra, tenemos responsabilidad sobre alguna cosa. La responsabilidad, la mayor parte de las ocasiones, genera algún tipo de estrés, tal vez poco, pero algo genera. Hay personas que de la responsabilidad, por pequeña que ésta sea, hace una montaña inexpugnable que convierte su vida en un calvario, llena de sufrimiento y de insatisfacción. Algunas de ellas piensan que es mejor no tener responsabilidad de nada, ni siquiera de sus propias vidas.

Hay algo maravilloso en eso de no ser responsable, hay algo que satisface. ¿Qué es lo bueno de no ser responsable? Si no eres responsable no tienes la culpa de nada. Hermoso, “yo no tengo la culpa”, por tanto “soy inocente”. Son los otros los responsables, el mundo, el entorno, la crisis, el gobierno, quien sea menos yo.

La satisfacción de ser inocente plantea una seria cuestión: ¿qué tiene que suceder para que las cosas sean como a mi gusta? Por ejemplo, si siempre llego tarde al trabajo por culpa del tráfico, ¿cuándo llegaré a tiempo al trabajo?, ¿cuando el tráfico sea fluido? ¿puedo yo hacer que el tráfico sea fluido? Excepto que trabajes en el ministerio competente en la materia, lo más probable es que no puedas controlar el tráfico, por tanto nunca vas a llegar a tiempo al trabajo. La única manera de llegar a tiempo será tomando responsabilidad en el asunto y saliendo antes de casa.

Este es un ejemplo muy sencillo y fácil de entender, hay cientos de situaciones en las que ponemos la responsabilidad, la culpa, fuera de nosotros. Las personas que practican esta técnica, la mayoría de las veces, no son conscientes del estrés que se están poniendo de forma totalmente gratuita. Poner la responsabilidad fuera de nosotros significa ceder el control de aquello que nos pasa a otro ente o persona. Eso genera sensación de impotencia puesto que no podemos cambiar a los demás, ya les gustaría a muchos poder cambiar a los demás, pero no es así. Cuando cuentan la historia de forma que no tienen nada que ver con el problema, en realidad están diciendo que tampoco tienen  nada que ver con la solución.

Esta forma de vivir tiene un inconveniente y es que si decides que no tienes posibilidad de alterar tu vida, porque las cosas que te pasan son decisión de otro, dependerás de otro para ser feliz; si el mundo te trata bien serás feliz, si el mundo te trata mal serás infeliz, como si tu no pudieras hacer nada para influir en cómo te trata el mundo.

Tu decides, la responsabilidad genera un tipo de estrés, la inocencia genera otro diferente, pero estrés al fin y al cabo.

Rafael Adame Carballido
Coach Certificado Personal y Ejecutivo por TISOC.