viernes, 31 de mayo de 2013

Estar dispuesto...

En medio de tu océano vital se encuentran tus aciertos, tus errores, tus aprendizajes y el estimulo de tu memoria emocional; somos producto de nuestra propia leyenda, la que vamos forjando día  a día comprendiendo que somos parte de un planeta que sostiene nuestras ideas. Hoy en día, en los comienzos de este nuevo milenio,  nos encontramos con la encrucijada de valores más ambiciosos que el ser humano haya podido alcanzar.: Y debemos Estar dispuesto.

Necesidades fisiológicas, seguridad, pertenencia, reconocimiento, autorrealización….Hemos desarrollado entramados complejos para satisfacer cada una de estas necesidades. Superado el concepto de “bienestar”,  aparece  un nuevo concepto que dificulta la consecución e las necesidades desde  el bienestar: El “egoexito”. El egoexito es la consecución de tus logros sin armonizar con los de los demás.

Vivimos en un planeta sostenible, donde las emociones debes ser también sostenibles…Todo enlaza con todo…Hay una cuerda invisible, metafísica, que une cada uno de los aciertos y  todas nuestras experiencias: sincronía emocional….Es el pulso y el latido de nuestro planeta, alimentado por los estímulos vitales de todos los seres vivos….Entonces… ¿Cómo podemos desear el éxito personal sin pensar en el de los demás?

Durante los seminarios que imparto desarrollamos estrategias personales para trabajar nuestro ego, desde la creencia de que es sano cuidarse y pensar en uno mismo:”Cuídate a ti mismo para poder cuidar a los demás”. Esta es  el ego positivo vinculado a  la alta autoestima. Este ego es sano, útil, vivencial, nos ayuda a fortalecernos y comprender la importancia que tenemos  para nosotros y nuestro entorno.

Ser el centro de nuestro universo es  admirable, pero no lo confundamos con ser “el ombligo del mundo”. Pensar que solo “lo nuestro es importante” y que debemos encontrar solución a nuestro deseos sin escuchar  a nuestros semejantes es practicar una postura antiempatica, nada asertiva e inmadura. Reproducimos de mayores actos infantiles como “lo quiero todo” y “”si no lo tengo, pataleo, pataleo hasta conseguirlo…”Demasiados casos en  mi vida profesional y personal en el que vuelvo a encontrarme con los “niños impertinentes “que no deja de ser una parte de nuestro niño interior.

El egoexito no es sostenible, es destructivo: Tener a toda costa, conseguir para acumular, amasar para regocijarse, implantar para liderar autocráticamente, sabotear por pura envidia, desconfiar por no saber delegar, utilizar la energía negativa para desestabilizar la sinergia de un equipo, actuar desde los roles subversivos por miedo a que nos conozcan nuestra parte oculta,…Y así hasta describir cada una de las posturas reactivas que un adulto puede llevar a cabo en pos de su propio beneficio.

¿Y qué podemos hacer frente al egoexito? Abogar por el éxito compartido….estar dispuesto.

-Estar dispuesto a compartir las ideas brillantes para transformarlas en brillantes ideas con luz propia.
-Estar dispuesto a elevar nuestro nivel de conciencia para aprender de nuestros  errores asumiéndolos como parte del proceso de aprendizaje.
-Estar dispuesto a confiar en los demás dando lo mejor de nosotros sin esperar nada a cambio.
-Estar dispuesto a entender las crisis como oportunidades para el cambio y positivar  cada minuto de nuestra vida.
-Estar dispuesto a experienciar desde el “aquí y ahora” compartiendo nuestra mesa con aquel que quiera cooperar contigo.
-Estar dispuesto a vaciar la mochila de creencias irracionales y a caminar sin miedo, miando al frente y al firmamento.
-Estar dispuesto a llevar el timón de nuestra vida moviendo las velas con el poder de nuestras emociones.
-Estar dispuesto a valorar  a cada semejante con el que trates  entendiendo su manera de ver el mundo sin filtrarlo por tu propia percepción del tuyo: apertura mental.
-Estar dispuesto a sonreír, a disfrutar de cada momento  con  el sentido del ritmo de  tu propio corazón.
-Estar dispuesto a facilitar a los demás, entrena tus herramientas para un día compartirla con tus hijos, amigos, compañeros de trabajo. No esperes nada a cambio, la vida te depara una hermosa sorpresa.

Estar dispuesto a dejar un legado a la humanidad basado en el conocimiento que has acumulado a lo largo de los años: los años benefician la sabiduría….usa el lenguaje oral para contar tus experiencias.

¿Estas dispuesto?

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Por José Luis Fuentes. Coach personal &Organizacional.

viernes, 24 de mayo de 2013

La música de los negocios

musica36761El éxito de la escena musical limeña ha demostrado que las personas se sienten unidas cuando comparten un mismo ritmo, una misma pasión. Para algunos es el refugio de las palabras que resultan crear una emoción, para otros simplemente el ritmo, el bailar y estar alegres por algunas horas. Más allá de estas emociones, tenemos también a los fans del grupo o “goupies” que encuentran en los cantantes su ideal de liderazgo.

Las organizaciones por su lado necesitan también funcionar como una sinfonía, estar ordenadas y sincronizadas. El maestro de orquestra debe de dar el ritmo, indicar cuándo actuar y quien debe de tocar más fuerte para amplificar el mensaje que desean hacer llegar.

JV Resguardo es un ejemplo de organización que ha entendido que un himno  puede lograr un sentido de orgullo para sus colaboradores y ha creado junto al Grupo 5 “Vigilante Soy” para su equipo de vigilantes Liderman. Sin embargo se suele encontrar himnos empresariales más orientados hacia la fuerza de ventas. Bien construidos, estas canciones representan un distintivo que al igual que las bandas famosas generan pertenencia, orgullo y amor por la marca.

Recomendaciones:

  1. Estrategia: Si se decide por impulsar un himno empresarial, debe de tener resuelto antes la misión, visión y valores de la organización.
  2. Ritmos: escoja un ritmo representativo de la cultura de su empresa, puede ser moderna, tradicional, electrónica por ejemplo y representativa de la cultura del país y del estilo de su público, su gente.
  3. Letras: haga participar a su personal en la construcción de las letras. Organice por ejemplo concursos para el eslogan.
  4. Producción: dependiendo de su presupuesto, puede ser muy profesional o simplemente un himno cantado.
  5. Alternativas: existen también talleres de “team building” basado en los ritmos que permiten unir a sus equipos. Sea creativo en escoger lo que mejor transmita su cultura.

Mauricio Bock, docente de Centrum, Universidad Catolica.

martes, 21 de mayo de 2013

Sociedades: De hormigas y organizaciones

Lic. Olga Edith López
autores@tisoc.com

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     ¿Cuál es el éxito del trabajo de las hormigas? ¿Por qué son considerados estos pequeños animales como una organización? ¿En qué radica el poder de su trabajo?
     Las hormigas son insectos que forman colonias. Estas colonias son descritas a veces como superorganismos o sociedades, dado que las sus integrantes parecen actuar como una entidad única, donde se trabaja colectivamente en apoyo de la colonia. Su organización y mecanismos de acción han hecho que quienes las analizan hayan creado ciertos paralelismos entre las hormigas y las sociedades humanas; es más, se han llegado a tomar las hormigas como ejemplo de organización laboral perfecta de la que el hombre y las empresas deberían aprender. Y sí, hay muchas similitudes.
     Así como las sociedades humanas difieren unas de otras, las colonias de hormigas también. Y esto trae como consecuencia diferencias de comportamiento entre grupos y que no todas las colonias funciones de la misma forma; un punto más entre el paralelismo hormigas-humanos.
     Están las hormigas buldog - hormigas gigantes australianas -  cuyo comportamiento social está poco desarrollado en comparación con otras especies. Cada individuo caza solo, utilizando como recurso sus grandes ojos en lugar de sus sentidos químicos (comunicación con otros individuos de la especie por medio de feromonas) para encontrar sus presas. La individualidad prima. ¿Parecido con la humanidad?
      Por su parte, las hormigas de la especie Tetramorium caespitum atacan y capturan colonias vecinas; otras similares, expansionistas también, pero menos agresivas, capturan hormigas vecinas y las esclavizan para su beneficio.
     También están las hormigas parásitas, como la especie Strumigenys xenos, totalmente  dependiente de la colonia de hormigas hospedadoras, tal vez por no tener la primera capacidad obrera. ¡Y usan sus feromonas para engañar y abrirse espacio en la nueva comunidad!
     Cualquier parecido con nuestra realidad es pura coincidencia.
     Contrario a lo que muchos piensan, no todas las colonias tienen una única reina (jefe); algunos hormigueros tienen múltiples reinas, mientras que otros pueden existir sin ellas y aun así funcionar perfectamente. En las especies que tienen varias reinas, una de ellas puede abandonar el hormiguero, junto con algunas obreras, para fundar una nueva colonia en otro lugar.
     ¿Parecido con las sociedades humanas? Sí, mucho.
     Pero aun cuando hay diversos comportamientos en las hormigas según su especie, también en ellas se destaca (salvo las hormigas buldog y las parásitas) una organización social y de trabajo admirable, que es la fuente principal del paralelismo con los humanos.
     Se considera que el éxito de la labor organizacional de las hormigas consiste en su capacidad productiva, que se lleva a cabo gracias al excelente trabajo en equipo realizado, trabajo que deviene de una comunicación efectiva, eficaz y eficiente,  de la habilidad para no estancarse ante los obstáculos y del correcto desempeño de cada individuo en la labor que le compete. En otras palabras: comunicación, capacidad de resolver problemas y división del trabajo.
     Las hormigas son incansables trabajadoras y tienen un nivel "jerárquico laboral" que se respeta, según el cual, por orden natural, cada miembro de la colonia desempeña el oficio que le corresponde de manera "competente", funcionando así su trabajo como todo un mecanismo.
     Parte de ese trabajo ejemplar se basa en su  sistema de comunicación, a partir de feromonas, sustancia química que desprenden para determinar a qué grupo de trabajo pertenecen (división de trabajo), dejar rastro, alertar sobre peligros y, en general, para transmitir información dentro de la colonia. Y como dato curioso, en las especies donde hay reinas, las hormigas obreras empiezan a criar nuevas reinas cuando la dominante deja de producir la hormona específica que la identifica como tal. Asimismo, algunas hormonas producen ciertos sonidos que les permiten comunicarse con su colonia y con otras especies.
     Su éxito también radica en su nivel de aprendizaje, base para la solución de problemas. Aunque muchos animales pueden imitar comportamientos, las hormigas se destacan por su aprendizaje interactivo. Unas enseñan a otras ciertas tareas específicas, así, la hormiga alumna obtiene conocimientos de su tutora y desarrolla habilidades. El proceso de enseñanza - aprendizaje es curioso, pues la tutora y la alumna reconocen cómo va el progreso de la otra, lo que permite modificar el ritmo cuando sea necesario.
     En relación con los comportamientos de las hormigas ante problemas presentes en la ejecución de una actividad y la división del trabajo, un experimento realizado deja resultados asombrosos, que muchas veces los humanos no presentamos. El experimento consiste en dividir un grupo de obreras en dos subgrupos: al primero se le deja trabajar libremente y se le recompensa, se le "motiva" por su labor, mientras que al segundo grupo se le hace fracasar siempre. El resultado: el primer grupo aumenta su productividad; el segundo, luego de intentar sobrepasar de variadas formas los obstáculos impuestos, cambia de actividad, sin abandonar su colonia. ¡Sigue colaborando a la organización por medio del desarrollo de nuevas habilidades! (bueno, aunque hay ciertas hormigas que desertan y crean hormiguero independiente, llevándose con ellas otras hormigas obreras).
     Sí, estos comportamientos también están presentes en los humanos: capacidad de comunicación, habilidades de aprendizaje, competencia para solucionar problemas, trabajo en equipo, parasitismo, individualismo, deserción, sociedades con uno o varios jefes al mando. Y en las organizaciones, vistas como pequeñas sociedades, se evidencian con más fuerza, quizás.
     Surge entonces los siguientes interrogantes: ¿por qué los hombres - homo sapiens - no podemos mejorar como organización si tenemos más recursos y capacidades que las hormigas? ¿Por qué, si contamos con la facultad del lenguaje, no logramos superar las brechas comunicativas que entre nosotros se presentan? ¿Por qué nos rendimos tan fácil ante cualquier obstáculo y desertamos de una labor sin más, sin tan siquiera contemplar otras posibilidades de acción? ¿Por qué no vemos o descubrimos las múltiples competencias que podemos desarrollar, sino que nos quedamos en unas cuantas?
     Que el paralelismo hormigas - hombres no dé cuentas de una mejor organización en las primeras.
(La autora es Lic. en Lenguas Modernas de la Universidad Pedagógica Nacional y realizó estudios de Maestría en Lingüística Española en el Instituto Caro y Cuervo en la ciudad de Bogotá. Actualmente es la editora de ERDC y es la Editora General del sello colombiano Editorial Sumasaberes).

miércoles, 15 de mayo de 2013

Gratitud

¿Qué es la gratitud? ¿Cómo podemos cultivar diariamente el don de ser agradecidos y convertirlo en parte esencial de nuestra filosofía de vida? En primer lugar, la gratitud se define como “el sentimiento que experimenta una persona al estimar un favor o beneficio que alguien le ha concedido”. De acuerdo a distintos expertos del arte de la gratitud, la retribución de ser agradecidos, más que nada, debe estar ligada a la simple acción de compartir algo por aquello recibido y no en el contenido de la respuesta de quien lo recibe: en ello estriba su grandeza. Precisamente, cuando una persona siente gratitud por otra, ésta “desea corresponder dicho favor de alguna manera”. Esto puede ocurrir a través de un obsequio, una bendición, un regalo o una oración. Este hecho, ya de por sí, es sanador: no sólo requiere gran valor de nuestra parte a la hora de reciprocar a los demás, sino además, todo un estado del ser que nos permita desprendernos de una parte de nosotros para ser brindada –u obsequiada- al otro.

A continuación, les presentamos algunas sugerencias para fomentar la gratitud a lo largo de nuestras vidas, a partir de ahora:

1. Gratitud con el Creador: tome un día del mes para visitar al mar y aproveche diez minutos para darle gracias al Creador y al Universo por todas las bendiciones recibidas. Háblele al mar/océano como si estuviera hablando literamente con el Creador: siéntalo, contémplelo y conviértase, literalemente, en parte del agua. Deje que las olas toquen sus pies y sienta la riqueza de formar parte de los elementos agua, tierra y aire. Esta es la parte más interesante y que disfruto a plenitud: coloque la palabra ¡Gracias! de forma gigante en la arena: sea capaz de convertir de forma tangible sus palabras a través de esta muestra de afecto para el Director Amado de la película de nuestras vidas. No se sorprenda si la Naturaleza o el Creador le responde mediante símbolos, manifestaciones de aves o de alguna manera creativa.

2. Una oración por un desconocido: de vez en cuando, rece en voz baja o en silencio por alguien que usted no conozca. Incluya causas específicas: rece por aquella persona que tuvo un accidente de camino, por personas de necesidades especiales, por envenecientes y otras poblaciones. Comprométase con una causa y diriga una oración diaria por aquellos que están relacionados a la misma: en mi caso, los pacientes de VIH y las personas que tienen contratiempos en la carretera son mi Norte. No se sorprenda si su oración se convierte, literalmente, en un ángel terrenal que pueda socorrer a alguna persona en un momento de necesidad. En el camino de la gratitud, el Universo obra de maneras misteriosas: sea su colaborador más preciado.

3. Sea como los niños: De vez en cuando, siéntese a observar a los niños. Emule su transparencia, su creatividad, su espiritu libre. Sea capaz de convertirse en pureza. En la medida que pueda convertirse en niño en distintas facetas de su vida, logrará acceder a nuevas formas de ser que jamás había contemplado. Los niños son muy agradecidos en su forma de interactuar con los otros: aprenda de sus diversas maneras de manifestar su afecto.

4. Conviértase en un árbol: Un gran Maestro me indicó que el reino vegetal en todas sus manifestaciones sólo emanaba una frase al Universo: ¡Te amo! Sea capaz de vibrar diariamente en la sintonia de las plantas: comience a amar a todos de forma incondicional. Trabaje con el amor interior, ese que le permite aceptarse de forma incondicional y hasta descubrir aquellas riquezas que usted ha guardado por muchos años. Sea el amor más genuino, ese que se encuentra justo en su patio o en la vereda del jardín más hermoso que le circunda.

5. El mensaje de texto de la gratitud: cada cierto tiempo, seleccione diez contactos de su predilección y envíeles un mensaje de texto positivo creado por usted. Sea agradecido y manifieste su amor a las personas que más valora. Sea luz para los demás y recibirá los destellos más hermosos que le pueda regalar la vida: la tecnología es una herramienta poderosa para compartir el espíritu de la gratitud incluso a distancia, ¡utilícelo a favor de los demás!

Si la vida está llena de peticiones y de seres que imploran sueños, deseos y plegarias, por qué no darle un giro a nuestras vidas hacia el polo de la gratitud. Ya verá que la vida le sorprenderá con muchas respuestas, y, sobretodo, con todo aquello que siempre ha querido lograr, por el simple hecho de ser agradecidos y convertirlo en un átomo en el Universo. Y usted, ¿está listo para ser totalmente agradecido por todo –lo bueno, y lo no tan bueno-, a partir de ahora?

(El autor es Psicólogo Clínico y profesor. Es Coach Certificado en TISOC, Barcelona, y autor de los libros Psicología Clínica como profesión: Orígenes y tendencias y Sinapsis Crëativa: Crea.tu.Universo).

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lunes, 13 de mayo de 2013

Vive libre, muere en paz

“Si ya no tengo confianza en mí mismo, tengo a todo el universo en contra” Ralph Waldo Emerson
Todo cambio asusta, incluso aquellos que realmente queremos realizar. Cuando iniciamos un proceso de cambio no existen garantías de éxito, no existe la certeza, sólo existen posibilidades, pero… ¿acaso no vale más una posibilidad de victoria que la certeza de vivir toda una vida derrotado?
Cada paso que damos hacia nuestro estado deseado es un salto al vacío pero también la creación de una opción de triunfo, sin riesgo, no hay opciones.
¿Imposible?, ¿Difícil?, “No puedo”, “No voy a ser capaz”… Esas son el tipo de palabras a las que a veces nos aferramos para no intentar conseguir aquello que nos asusta o lo que nos va a suponer un gran esfuerzo.
Puedes hablar o quejarte todo lo que quieras, sin embargo, la vida permanecerá indiferente, no le afectan tus quejas o tus lamentaciones, le da igual enfrentarse a un pobre que a un millonario, establece sus propios listones y o los saltas o no los saltas, no hay término medio.
¿Quieres conseguir una gran vida? Debes de estar dispuesto a jugar fuerte.
No le exijas a la vida que sea más fácil, o puedes hacerlo, si estás dispuesto a obtener un no como respuesta ¡Exígete a ti mismo el convertirte en esa persona capaz de conseguir lo que deseas!
Tú tienes el derecho de determinar en quién estás dispuesto a convertirte. Tú tienes el poder de elegir si vas a permanecer en la mediocridad o entre los grandes. Nadie puede darte o quitarte este poder, es un derecho de nacimiento y puedes usarlo o renunciar a él.
Cuando la vida te desafía, te está haciendo un gran favor, desafiarte es lo más amable que puede estar haciendo por ti. Si todos tus problemas se solucionasen por si solos, no te estaría enseñando nada, no te estaría obligando a dar lo mejor de ti, no te estaría obligando a crecer…
El sentido de la vida no es simplemente limitarse a existir, a sobrevivir, sino avanzar, crecer, superarse…
La vida nunca te miente. Puedes caminar por el mundo y escuchar a toda clase de palabrerías, te pueden decir que eres un dios o un auténtico hijo de ****, pero la vida siempre te va a demostrar la verdad, es el gran punto de referencia, la que cuando esté llegando a su fin te dará la perspectiva de todo en lo que te has convertido.
Cuando llegue tu hora, la única persona con la que te va a tocar rendir cuentas eres tú mismo, tú eres la única persona cuya vida empieza y acaba contigo, no corras el riesgo de ver que tu balanza está descompensada justo en ese momento, entonces ya será tarde.
Hay que tener coraje y estar dispuesto a rechazar las explicaciones que continuamente nos eximen de la responsabilidad que nos corresponde en lo que a nuestra vida se refiere… la diferencia entre las personas que triunfan y las que no, nunca está en algo externo, su actitud, su coraje, su dedicación son lo que marca la diferencia.
Si quieres enfrentar la vida, primero has de enfrentarte contigo mismo… y vencerte.
Enfrentar tus miedos, tus creencias limitantes, tu auto concepto, tus limitaciones… vive libre, deshazte de todo lo que te frena en tu camino hacia una gran vida.
Las mayores victorias que se pueden lograr en la vida no son las que aparecen en las portadas de los periódicos o las que vienen acompañadas de grandes trofeos y multitud de elogios… el triunfo, la gloria es un momento efímero y una vez pasa, sólo permanece la persona en la que has tenido que convertirte para lograrlo.
Las mayores victorias son aquellas que día tras día obtenemos sobre nosotros mismos, nuestras victorias privadas, aquellas que no conoce nadie y cuyo mayor reconocimiento no es sino el que nosotros queramos darles.
No hay mayor satisfacción que la de acostarte sabiendo que eres un poco mejor que el hombre que se levantó de la cama esta mañana… aprende algo nuevo todos los días, haz algo que temas, desafía tus límites, haz locuras… vive una gran vida hoy, mañana puede que sea tarde.
Iñaki Posadas Martínez
Licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Pública de Navarra, Master en
Coaching Personal, Ejecutivo y Empresarial por el Instituto Europeo de Estudios Empresariales, Master Coach Grado Experto por The International School of Coaching, Master M.B.A por la escuela de negocios IDE-CESEM, formado en Liderazgo Estratégico por la Nebrija Business School.

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lunes, 6 de mayo de 2013

Responsabilidad y estrés

Qué duda cabe de que todos, de una manera u otra, tenemos responsabilidad sobre alguna cosa. La responsabilidad, la mayor parte de las ocasiones, genera algún tipo de estrés, tal vez poco, pero algo genera. Hay personas que de la responsabilidad, por pequeña que ésta sea, hace una montaña inexpugnable que convierte su vida en un calvario, llena de sufrimiento y de insatisfacción. Algunas de ellas piensan que es mejor no tener responsabilidad de nada, ni siquiera de sus propias vidas.

Hay algo maravilloso en eso de no ser responsable, hay algo que satisface. ¿Qué es lo bueno de no ser responsable? Si no eres responsable no tienes la culpa de nada. Hermoso, “yo no tengo la culpa”, por tanto “soy inocente”. Son los otros los responsables, el mundo, el entorno, la crisis, el gobierno, quien sea menos yo.

La satisfacción de ser inocente plantea una seria cuestión: ¿qué tiene que suceder para que las cosas sean como a mi gusta? Por ejemplo, si siempre llego tarde al trabajo por culpa del tráfico, ¿cuándo llegaré a tiempo al trabajo?, ¿cuando el tráfico sea fluido? ¿puedo yo hacer que el tráfico sea fluido? Excepto que trabajes en el ministerio competente en la materia, lo más probable es que no puedas controlar el tráfico, por tanto nunca vas a llegar a tiempo al trabajo. La única manera de llegar a tiempo será tomando responsabilidad en el asunto y saliendo antes de casa.

Este es un ejemplo muy sencillo y fácil de entender, hay cientos de situaciones en las que ponemos la responsabilidad, la culpa, fuera de nosotros. Las personas que practican esta técnica, la mayoría de las veces, no son conscientes del estrés que se están poniendo de forma totalmente gratuita. Poner la responsabilidad fuera de nosotros significa ceder el control de aquello que nos pasa a otro ente o persona. Eso genera sensación de impotencia puesto que no podemos cambiar a los demás, ya les gustaría a muchos poder cambiar a los demás, pero no es así. Cuando cuentan la historia de forma que no tienen nada que ver con el problema, en realidad están diciendo que tampoco tienen  nada que ver con la solución.

Esta forma de vivir tiene un inconveniente y es que si decides que no tienes posibilidad de alterar tu vida, porque las cosas que te pasan son decisión de otro, dependerás de otro para ser feliz; si el mundo te trata bien serás feliz, si el mundo te trata mal serás infeliz, como si tu no pudieras hacer nada para influir en cómo te trata el mundo.

Tu decides, la responsabilidad genera un tipo de estrés, la inocencia genera otro diferente, pero estrés al fin y al cabo.

Rafael Adame Carballido
Coach Certificado Personal y Ejecutivo por TISOC.

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