sábado, 30 de noviembre de 2013

El sordo no oye, pero bien compone

Por Dionisio Contreras Casado

En los últimos años, hemos culpado a la “mala comunicación” de gran parte de los problemas que ahora tenemos, y en ese sentido se ha dicho que el estrés laboral tiene su origen en la mala comunicación, que los problemas de los jóvenes son debidos a la mala comunicación, que en más del 40% de las familias existe mala comunicación entre sus miembros (estudio Jóvenes y Valores de la Obra Social de La Caixa), o atribuimos a la mala comunicación la casi totalidad de las rupturas afectivas. Pareciera una de las diez plagas bíblicas.

Pero ¿qué es la mala comunicación? Curiosamente, y como suele ser habitual, cuando tenemos la causa identificada, lo que ocurre es que no se conoce bien la naturaleza de la misma, y en este sentido, es muy complejo definir qué favorece una comunicación interpersonal precaria. No obstante, si es necesario aplicar en distintos ámbitos, una serie de teorías que vengan a prevenirnos de ella, en los ambientes más afectados.

Hay muchas más barreras en la comunicación de las que a priori podríamos considerar, de manera que, no es excepcional que entre lo que quiero decir, lo que digo, lo que se oye, lo que se escucha y lo que finalmente es puesto en práctica se degrada la comunicación, en ocasiones, de tal manera, que se torna imposible entenderse con algo de coherencia.

Por otro lado, es muy probable que en el desarrollo de una conversación hayamos sentido, alguna vez, que nuestros propósitos entran en conflicto con los de nuestro interlocutor, de manera que mientras estoy intentando comunicar en un sentido, la intervención de mi interlocutor es en otro nivel de comunicación totalmente distinto, lo que hace casi imposible lograr cualquier tipo de conexión saludable. Un auténtico lío.

Según Miquel Bonet, presidente de la consultora de selección ABR-Action Consulting “puede parecer que a veces nos expresamos mal simplemente por evitar la verdad cruda, pero en muchos casos lo que se consigue es precisamente no hacernos entender, que sería el único fin de la comunicación, olvidando que en el mundo empresarial el único sentido de la información consiste en hacerla productiva, y si la ocultamos no nos vale”.

Pero no todo el problema reside en el que intenta comunicar algo. A pesar de situar, muy a menudo, como responsable de la mala comunicación al emisor, se nos olvida que escuchar es el 50% de la comunicación interpersonal, y que en esto, también tenemos mucha responsabilidad como “escuchadores” del mensaje, ya que es muy común la confusión entre escuchar y oír. La diferencia entre ambas es la voluntad, de modo que escuchar implica una acción y una voluntad, mientras que oír no exige voluntad alguna.

De modo que, de la mala comunicación, (lejos de ser un mal que nos sobreviene sin comerlo ni beberlo), podemos ser nosotros los principales responsables. Un aforismo reza que “Dios nos dio dos orejas y una boca, para que las usáramos en idéntica proporción”, y es error muy común de los que se quejan de mala comunicación, intentar por todos los medios ser comprendidos, antes de tratar de entender ellos a su interlocutor.

El escritor y humorista Alfonso Ussía, contaba en clave de humor, que conocía a una mujer de la nobleza que presumía de saber hablar en doce idiomas y saber callarse en trece, lo que le hacía tener que estar verificando constantemente que lo que había escuchado era correcto, y no pensar que había comprendido a la primera.

Pero lejos de estar educados para escuchar a nuestro interlocutor, paradójicamente, estamos entrenados únicamente para hablar bien en público, para comunicarnos desde el punto de vista del emisor del mensaje, para construir y expresar bien nuestras ideas. En el colegio te enseñan a exponer temas, pero no hay clase de escucha; y hasta hace muy poco, en el mundo de la empresa, a los directivos, habitualmente bien entrenados para hablar en público, no se les entrenaba sobre la capacidad de escuchar.

Sin embargo, las ventajas de escuchar, en la comunicación interpersonal son cuantiosas, ya que la escucha activa, permite operar desde una base de conocimiento, accedes a que tu interlocutor te considere adecuadamente conocedor sobre su punto de vista, y a nivel emocional, te acerca a tu interlocutor, lo que va a facilitar la influencia mutua; y cuando se alcanza un grado de comodidad comunicacional tan elevado en una relación, sea del tipo que sea, la persona piensa de modo más creativo, y comparte su pensamiento, sentimientos e ideas con más entusiasmo.

Dionisio Contreras Casado Educador Social. Experto en Drogodependencias. Formador de Inteligencia Emocional.



lunes, 25 de noviembre de 2013

Líder: 12 consejos para mejorar tus habilidades de comunicación

Aprender a comunicarse de manera correcta, clara y precisa es una habilidad indispensable para nuestra vida profesional.
Independientemente de la industria a la que nos dediquemos, contar con habilidades de comunicación nos abre puertas, nos permite relacionarnos mejor con la gente a nuestro alrededor y nos da acceso a mejores empleos. También ayuda a que resolvamos problemas, demos a conocer nuestras ideas y proyectemos una buena imagen profesional.


Si piensas que la comunicación es una de las áreas en las que tienes que trabajar para alcanzar el éxito, sigue leyendo y descubre cómo mejorar.
1. Haz contacto visual. Mirar a los ojos a una persona es la manera más segura y eficaz de transmitir confianza. Sin palabras, seremos capaces de decirle a nuestro interlocutor que nos interesa lo que nos dice y que estamos escuchando de manera atenta.
2. Gesticula. De acuerdo con especialistas el 90% de la comunicación que transmitimos no es verbal, sino gestual. Nuestros movimientos corporales comunican mucho más de lo que pensamos, incluso de manera inconsciente.
En ocasiones un gesto puede persuadir, convencer y crear confianza mucho más que un discurso elaborado. Obsérvate y practica.
3. Ve al grano. Dominar la comunicación no significa hablar mucho, hacer presentaciones interminables o mandar largos mensajes por correo. Enfócate en ser claro en tus ideas y elimina el relleno para transmitir mensajes precisos.
4. Escucha antes de hablar. Un buen comunicador es siempre un buen escucha. Quien sabe escuchar no pierde información, hace preguntas oportunas y comprende a su interlocutor. Aprende a escuchar atentamente al reclutador en la entrevista, a tu equipo de trabajo y a tus colegas.
5. Atrévete a preguntar. Una gran barrera de la comunicación es el malentendido. La mayoría de la gente evita hacer preguntas por miedo al ridículo, sin embargo, ser capaz de expresar abiertamente tus dudas y admitir cuando no comprendimos una idea nos permite lograr un mejor entendimiento.
6. Lee. Leer de manera regular mejora nuestra comunicación oral y escrita. Ayuda a tener una mejor ortografía y amplía nuestro vocabulario. Lee diariamente noticias e información relevante en tu industria y además tendrás temas de conversación para establecer contactos y conocer gente nueva.
7. Confía en ti. Cuando fortaleces la seguridad en ti mismo se nota. Para ser convincentes y generar confianza en otros primero necesitas creer en tu capacidad y habilidades. Trabaja en ello.
8. Elige el medio correcto. ¿Tu medio de comunicación siempre es el correo electrónico? Quizá obtendrías mucho más de algunas personas si te acercaras a platicar de manera personal. Utiliza tu percepción para acercarte a la gente de la manera correcta, en ocasiones una llamada puede ser más personal y efectiva que un correo. Usa tu percepción para identificar cuál es el canal más conveniente para cada individuo.
9. Sé profesional. Utilizar un lenguaje casual durante la hora de comida, en compañía de tus colegas, no es ningún crimen. Sin embargo, es importante que identifiques los momentos en los que tu lenguaje debe ser claro y formal.
10. Actúa como un espejo. Vickie Austin, fundadora de la empresa de asesoría profesional CHOICES Worldwide, recomienda utilizar una técnica de comunicación denominada ‘mirroring’.
Consiste en observar el lenguaje corporal de nuestro interlocutor e imitarlo de manera sutil. Por ejemplo, si la otra persona afirma con la cabeza, hacer lo mismo segundos después. Con esta práctica es posible hacer sentir más cómoda y abierta a la otra persona y podemos obtener mayor empatía de su parte.
11. Grábate. Es una excelente alternativa antes de una entrevista o presentación. Al escuchar tu propio discurso podrás identificar si éste es fluido y claro. También puedes pedir a otros que lo escuchen y que te den su punto de vista.
12. No interrumpas. Evita completar el discurso de otros con tus propias ideas o desviar el tema de una conversación. Permite que las otras personas comuniquen sus ideas sin interrumpir y después expresa tus dudas o comentarios.
Aplicar estas recomendaciones en tu rutina laboral permitirá establecer una mejor conexión con la gente a tu alrededor. Ponlas en práctica y observa los resultados.
Fuente: OCCEducación

viernes, 22 de noviembre de 2013

Cinco claves para ser feliz

Por Luisa Carrasco

Si te preguntaran: “¿Qué es lo que más profundamente deseas en esta vida?”

Todos,  sin lugar a dudas, responderíamos… “Ser Feliz”.

Encontrar las claves de la felicidad no es tarea fácil. Somos seres maravillosos y complejos en continuo cambio, inmersos en una realidad que a veces nos supera.

Creo que en el colegio tendría que existir una asignatura específica que se preocupara de esto. Ser feliz es lo más importante en este viaje y muchas veces no sabemos navegar en el ancho y profundo mar. 

Creo que cada persona encuentra la felicidad de una forma distinta, pero existen claves comunes que facilitan el camino.

El orden no altera el producto. Todas ellas son imprescindibles para vivir feliz.

¡El Aquí y el Ahora! Vivir en el presente.

A todos nos pasa que tenemos un ruido mental constante que nos marea, nos confunde, nos arrastra y nos vence. Este ruido se alimenta del pasado y del futuro. El pasado te dice: “Y Si hubiera hecho tal cosa”, “Y Si no me hubiera pasado eso”, “Y Si hubiera tomado otra decisión”, y un largo etc. Si os dais cuenta muchas de estas frases empiezan por “Y Si…”

Y en el futuro también lo utilizamos insistentemente “Y Si no apruebo”, “Y Si me va mal”, “Y Si me pongo nervioso”, y otro largo y negativo  etc.
¡Salgamos del “Y Si” y sus consecuencias!


El “Y Si” se apoya en el miedo, en la frustración, en la culpa, en la negatividad. Te lleva al bloqueo y a la no acción.

Vive el presente. Algunas frases que te pueden ayudar a conseguirlo son: “Estoy aquí y ahora”. ”Eso es todo lo que está ocurriendo en este momento”. “Mi mente está ocupada y centrada en este instante”.

Esto es un entrenamiento, no desesperéis. La meditación y el yoga os pueden ayudar en ir adquiriendo esta práctica.

¡Tener metas y objetivos!

¡Fundamental! Un barco sin timón irá a la deriva. Una persona sin metas también. Tener metas en la vida significa tener ilusiones, tener razones por las que levantarte cada día.

Busca metas que vayan contigo, que nazcan de lo que te apasiona, de lo que te gusta, de lo que te motiva. Y después busca pequeños objetivos por cada una de ellas. Encontrarás la satisfacción de vivir haciendo lo que quieres hacer. Y si mañana sientes que esas metas ya no te sirven, ya no te hacen feliz, ¡cámbialas! Nada es eterno. Hay que probar, jugar, buscar, aprender, empezar.

¡Agradece!

Esta herramienta es muy  poderosa. Al agradecer nos centramos en lo positivo de las cosas, en lo bueno que hay en nuestra vida. Por otro lado, nos llena el alma de alegría. Puedes probarlo varios días seguidos y lo notarás en seguida. La alegría interior viene sola. Alguien puede decir “Es que yo no tengo nada que agradecer”, ¿Estás seguro?

Este artículo ha llegado a ti para algo, agradécelo. La vida está llena de mil detalles.

¡Confiar!

Yo cada día me despierto con el canto de los pájaros de mi bloque. Se pasan el día cantando. Lo agradezco muchísimo porque cada día me recuerdan una gran lección: Vivir el presente. Ellos cantan todos los días,  y sin embargo no saben que van a comer mañana. No digo que ahora seamos pájaros despreocupados de todo. Para eso tenemos nuestras metas y nuestros objetivos. La diferencia está en ocuparse y no en preocuparse. Vivir confiando. Si estás en la acción, en la búsqueda las cosas irán viniendo. Es imposible controlarlo todo, así que lo que no dependa de ti, déjalo fluir.

¡Revisa tus creencias!

¿Sabías que las creencias se pueden cambiar? De pequeños aprendemos miles de creencias y las dejamos permanentes en nosotros, sin ninguna revisión o cuestionamiento. De pequeño te decían “No hagas esto que viene el lobo”, la creencia que se construye detrás es “Si no hago lo que dicen mis padres me va a pasar algo malo”. En el mejor de los casos esto lo habrás superado o puede ser que siga existiendo en tu inconsciente. Podríamos poner muchos ejemplos.

Tu trabajo es ver qué creencias tienes que sientas que te limitan de alguna forma. Revísalas, cuestiónalas, y si ya no te valen, no te gustan o no van contigo, reconstrúyelas.

Espero que os sirvan estas claves y las compartáis con personas que  hayan aparecido en vuestras mentes mientras leías el artículo, es también para ellas.

Por Luisa Carrasco. Coach personal y Psicóloga.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Confianza y trabajo: dos pilares cuando todo tambalea

 Muchas veces podemos tener la sensación de que por mucho que trabajemos por un proyecto, un objetivo… no sirve de nada, y podemos llegar a plantearnos si lo que estamos haciendo dará algún día sus frutos. 


No ver el resultado directo de nuestro trabajo lo hace verdaderamente difícil, sobre todo cuando uno lleva muchos días aguantando fuerte el ánimo, pero llegan momentos en que afloja la ilusión, la motivación o la esperanza.



 Estas emociones son parte del camino de todo el que tiene el coraje de aventurarse en el terreno de la incertidumbre, y es necesario estar dispuesto a sentirlas y hasta aceptarlas como parte del plan, porque no podemos ignorar las consecuencias de nuestras elecciones. El que elige ganar, también ha elegido perder, porque es lo que conlleva el riesgo: puede que los frutos vengan o no, pero el que planta la semilla ya ha iniciado un camino que no tiene marcha atrás, y es su responsabilidad aprender a aceptar tanto la derrota como el éxito, pues ambos están ahí, como parte del juego.

 Pero el hecho de que cuando apostamos podamos ganar o perder no implica que sean excluyentes. Es decir, que la vida no es como una ruleta en la que se apuestan todas a un color, sino que es más bien una cadena de constantes retos, donde hay factores de suerte y otros que dependen de nosotros, y donde son muchas las veces en que puede cambiarse el marcador de nuestra partida. Por eso decía Kipling en su gran poema “If”: “si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso, y tratar de igual manera a ambos impostores“…

Hay un concepto en física que también se acabó por trasladar a la sociología: la masa crítica. Se define la masa crítica en la Wikipedia como la “cantidad mínima de material necesaria para que se mantenga una reacción en cadena”. Por ejemplo, cuando ponemos el agua al fuego para hervir unos macarrones, podemos ver que durante los diez minutos hasta que el agua empieza a burbujear, aparentemente no pasa nada. De un golpe de vista no distinguiríamos entre el primer minuto y el noveno, pero si hemos cocinado otras veces o sabemos algo de culturilla general, sabemos que el agua hierve a 100 grados, y que eso suele tardar unos minutos, así que no nos ponemos a mirar el fuego inquietos, pensando” ¿cuándo hervirá por fin?”

Pero también nos ocurre muchas veces en el ámbito de los proyectos vitales o profesionales, que  llevamos a cabo una serie de acciones y esperamos un determinado resultado, pero no llega. Y nos preguntamos cuándo llegará, inquietos, hasta a veces deduciendo que lo que estamos haciendo no está sirviendo  de nada… Y, de pronto, el día menos pensado, llega por fin. 

Y aparentemente no estaba pasando nada un mes antes, un día antes, o hasta unas horas antes, pero de pronto nuestra “película” da un giro, y cambia. Y lo que es curioso es que en realidad todos los meses anteriores tenían seguramente mucha relación con el punto en que el éxito llega, pero si los pasamos por alto, fijándonos sólo en las causas inmediatas, no ganaremos la fuerza ni la experiencia necesarias para la próxima vez que necesitemos ejercer la paciencia, la perseverancia y la confianza.
No puedes conectar los puntos mirando hacia adelante; solo puedes hacerlo mirando hacia atrás. Asi que tienes que confiar en que los puntos se conectarán de alguna forma en el futuro. Tienes que confiar en algo, tu instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea. Porque creer que los puntos se conectarán luego en el camino te dará la confianza de seguir tu corazón, incluso cuando te conduce fuera del camino trillado y eso hará toda la diferencia.” Steve Jobs
Por eso creo que es clave aplicar un doble principio: trabaja y confía. No dejes de trabajar aun cuando te vaya bien, porque nunca sabes qué pasará mañana, y qué recursos necesitarás. Y no dejes de confiar aun cuando te vaya mal, porque no sabes qué te traerá mañana, y si habrá un nuevo amanecer después de la oscuridad de la noche en la que vives.
El que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente.” Facundo Cabral
  
Por Beatriz, filocoaching.com

jueves, 14 de noviembre de 2013

Crear futuro = Aceptar la Diferencia

Anoche asistí a una videoconferencia retransmitida en directo desde la sede madrileña de la Fundación Rafael del Pino en la que el analista político y escritor Moisés Naim compartió su visión del mundo y la política de altos vuelos.

Confesaré que no la disfruté por completo porque a veces las tareas domésticas imponen su prosaica urgencia al aprendizaje de los mejores -ciertos "electrones libres" que circulan por el planeta con enorme conocimiento e independencia intelectual-.

Tuve sin embargo la suerte de escuchar algunas frases gloriosas que -vinculadas a mi experiencia como observadora de directivos y equipos empresariales- me han llevado esta mañana a mis propias reflexiones. Selecciono dos ideas que resuenen especialmente en mí. La primera -destacada en amarillo más abajo- cumple la doble función de ser un diagnóstico certero de la realidad y, al mismo tiempo, una alerta para navegantes, digamos para insaciables buscadores de poder mundial, nacional, empresarial, grupal o personal.

El poder es cada vez más fácil de obtener,

más difícil de usar,

y más fácil de perder".

La segunda idea que registré -en un cuaderno grande que tengo siempre a mano en casa junto a un par de bolígrafos- la defendió Moisés Naim con la vehemencia de quien presenta el destilado de muchas horas de análisis político, de muchas jornadas de participación activa en el Fondo Carnegie para la Paz Internacional y como la síntesis de una vida dedicada al estudio del poder en todo su espectro cromático.

Esta segunda idea también es diagnostico y alerta a quien quiera escuchar, adaptarse, aprender y -en el mejor de los casos- evolucionar.

Tenemos "más" de todo que nunca.

Gozamos de mayor movilidad geográfica que nunca.

Se produce un rechazo generalizado al autoritarismo.

Se impone la aceptación de los diferentes.

A esa altura del discurso del experto economista internacional, abandoné la prosaica tarea doméstica que me ocupaba, me acerqué al ventanal donde el mar seguía enfurecido, respiré hondo y conecté con lo que hace una década me llevó a trabajar con / para los equipos: la superación de la dicotomía del esto o lo otro... trascender el individualismo para integrar el liderazgo compartido... la certeza de que juntos volamos más lejos y más alto y -sobre todo- la necesidad de contribuir (con mi trabajo) a la aceptación de la diferencia como algo enriquecedor en nuestras familias, empresas, países... ¡Aceptación de los diferentes! Qué alivio escucharle Mr. Moisés Naim. ¡Gracias!

PUBLICADO POR AZUCENA VEGA

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martes, 12 de noviembre de 2013

Baguette: Éxito Exponencial

Éxito exponencial

Dir. Ricky A. Gomes

autores@tisoc.com

El éxito exponencial se refiere al proceso matemático de multiplicar números. ¿Recuerdas las matemáticas que aprendiste y los diferentes cálculos que utilizaste en tu proceso de aprendizaje? Si sumamos 4 + 4 es 8 y si multiplicamos 4 x 4 es 16, pero si elevamos 4 a la 4ª potencia es 256. Corresponden al mismo número (4), suponen casi la misma cantidad de esfuerzo en hacer los cálculos si usamos una calculadora, pero hay una gran diferencia en los resultados.

Algunas personas están satisfechas con menores éxitos a lo largo de su vida y van sumando un poco cada vez. Algunas personas quieren multiplicar la alegría que tienen y los objetivos que desean lograr. Finalmente, otras demandan más de la vida y quieren lograr el éxito exponencial: es decir, elevar a la máxima potencia su nivel de éxito.

Recordemos: justo cuando el transbordador espacial entra en órbita tiene que gastar más combustible para obtener el impulso requerido para salir de la atmósfera. No obstante, una vez que se pone en órbita, gasta menos energía. De hecho, ser exitoso es como hacer ejercicio: al principio duele y te salen agujetas. Requiere también una gran cantidad de esfuerzo físico y mental para llegar hasta el punto en que te sientes bien y es estimulante. Una vez se llega al estado deseado, la energía fluye de forma natural y se convierte en determinación constante.

Necesitas aprender a personalizar el éxito con un plan que contemple tus necesidades y de acuerdo a tus dones, personalidad, habilidades, fortalezas y debilidades.

No se puede vivir de manera exponencial si mantenemos siempre el mismo patrón preestablecido que hemos usado o que otros usan, y no hacemos un cambio. Esos patrones te hacen algo exitoso, pero no exponencialmente exitoso. Para tales fines, tenemos que encontrar un nuevo patrón y hacer aquellos cambios pertinentes.

A nadie -o a casi nadie- le gusta vivir en la mediocridad y sin hacer las cosas que saben que son capaces de hacer. A nadie le gusta ser de segunda clase. Todo el mundo -o casi todo el mundo- quiere ser reconocido como el mejor en algo por su talento y capacidad.

           De acuerdo: todos queremos, pero ¿por qué no lo tenemos? El deseo está ahí, pero ¿dónde está la acción para llevarlo al nivel de éxito que sabemos que merecemos y queremos? ¿a qué esperas? ¿qué vas a hacer para que suceda? ¿Quizás estamos esperando una terrible experiencia para hacernos cambiar? ¿Estamos esperando un milagro?, ¿que nos toque la lotería? o ¿que por arte de "magia potagia" algo o alguien cambie nuestras vidas? Las estadísticas demuestran que esto no sucederá. Así que vamos a empezar, AQUÍ y AHORA.

            Lo que no puedes pretender es conseguir que tu cosecha la recojas sólo dos semanas después de haber plantado la semilla. Necesitas descubrir lo que funciona para ti como parte de un proceso natural. Un proceso natural es algo que tú puedes hacer y controlar; algo con lo que te sientas cómodo, que sea apasionante para ti y que te permita alcanzar los logros. No tenemos que ir en contra de nosotros mismos para ser lo que queremos llegar a ser. Sólo basta buscar todo nuestro potencial interior y tomar las medidas necesarias. ¿Qué prefieres, ser feliz con tu cosecha o avergonzarte de tu cosecha? Esta es tu elección.

Ten cuidado, porque el deseo y la complacencia tienden a contradecirse. Tú debes decidir complacerte en tu zona de confort o no, porque tu zona de confort, aquella que no te permite dar el salto, es la verdadera razón por la que no estás donde quieres estar. Seguro que puedes llenar una larga lista de excusas y justificaciones, pero si quieres dar el salto, deja de justificarte. Mírate por dentro para saber quién eres y a dónde quieres llegar. En caso contrario, te limitarás a hacer copias continuas de seguridad basadas en tu zona de confort y no llegarás muy lejos.

Necesitarás herramientas adicionales: sobre todo, necesitarás aprendizaje para aplicar todas tus mejores habilidades. La formación es parte consustancial de toda persona de éxito, porque nos permite pasar de ser un simple violinista a Paganini.

(El autor es licenciado en Administración y Dirección de Empresas, Máster en Bolsa y Mercado de Valores, Coach (FPC), Coach Ejecutivo/Corporativo (CE) y Facilitador Autorizado (DC) de The Internacional School of Coaching / CoachvilleSpain. Es Coach Director Asociado de TISOC.)

 

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viernes, 8 de noviembre de 2013

La marca personal no se crea ni se destruye, solo se gestiona

No se trata de transponer de manera mecánica la ley general de conservación de la energía que enunció Lavoisier, considerado creador de la química moderna, no se trata de esto, lo que quiero remarcar es que la marca personal no es una moda, no es una tendencia ni un impulso pasajero.

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Dejamos huella desde que nacemos, todos y cada uno de nosotros, de manera consciente o no pero las personas que nos rodean, los demás, siempre nos identifican a través de algo y ha sido así a lo largo de la historia de la humanidad. La visión que los demás tienen de nosotros puede corresponderse con lo que realmente somos, nuestra identidad, o no. Así de pronto todos tenemos una zona secreta que solamente cada uno de nosotros conoce y que esconde habilidades, talentos, conocimientos y experiencias que si nosotros no queremos nunca verán la luz.

Gestionar la marca personal es poner en conocimiento de nuestro entorno información suficiente para que lo que este ve de nosotros sea, como mínimo, una imagen fiel de lo que realmente somos. Siempre ha habido personas que han gestionado su marca, que se han ocupado en transmitir correctamente su mensaje para que los demás pudieran captarlo y así convertirse en conocidos, memorables para al final ser los escogidos para una finalidad, tarea o misión concretos.

La gestión de la marca personal, el personal branding, no es una moda pasajera. Con internet y las redes sociales la democratización de la gestión de la propia marca ha venido para quedarse porque la sociedad ha cambiado la manera de ver las cosas y las personas. Antes éramos seres anónimos y la distinción, la marga, era por lo general mal recibida porque indicaba que las cosas no iban por buen camino. Se marcaba a los convictos , a los esclavos y se utilizaban signos distintivos en el vestido para singularizar algunas profesiones , era mejor pues pasar desapercibido. Ahora, si no somos visibles no transmitimos una propuesta de valor y pasamos a ser translúcidos para los demás, estar sin ser visto es la forma más común de no estar.

Nuestra sociedad pide personas comprometidas y decididas en la aportación de valor. La persona, cada uno de nosotros, se ha vuelto más significativa, más relevante e independiente y por ello capaz de trabajar de manera autónoma por lo que la gestión de la marca de cada uno ha pasado a ser una necesidad en aumento.
Invertir en la gestión de la propia marca es pensar en el futuro y prepararse para ayudar a los demás a gestionas su marca personal es una inversión de futuro.


Dentro de pocos días iniciaremos el primer Postgrado en Personal Branding codo a codo con la Facultat de Comunicació Blanquerna de la Universitat Ramón Llull. Si quieres invertir en una profesión de futuro no dejes escapar la oportunidad.

Publicado por: Jordi Collell – Soymimarca

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Comunicación estratégica para el cambio

Crisis: Un panorama de la comunicación estratégica para el cambio

(Reflexión sobre el manejo de crisis para las relaciones públicas)

Prof. Luis A. Márquez Varela

autores@tisoc.com

               ¿Cuántos de nosotros asumimos posturas renuentes ante cualquier adversidad? Cada vez que escuchamos el término “crisis”, corremos desembocados, despavoridos o desesperados para evitar mayores consecuencias ante lo que percibimos como el “fin del mundo”.

   Las consecuencias de una crisis pueden tener efectos tanto negativos como positivos en nuestro entorno y en el bienestar común. Ahora bien, antes de analizar lo negativo, es importante tener en cuenta que una crisis “es una oportunidad que expone consecuencias con resultados positivos”. Es probable muchos se preguntarán: ¿cómo una crisis puede tener resultados positivos? Pues bien, la crisis ofrece un espacio oportuno que ayuda a definir y tratar asuntos que, para otros que desconocen el proceso mismo de crisis, representaría un “problema no definido”, ambiguo o confuso; todo ello, por la misma dinámica que encierra su manejo.

   Consideremos lo siguiente: la crisis es una oportunidad y, a su vez, una oportunidad es una consecuencia positiva. Debemos aprovechar la “apertura” al máximo (o el momento idóneo), porque esa oportunidad corresponde al resultado positivo que atañerá a que las personas enfrenten la crisis de manera proactiva, de frente, con conocimiento, orientado y enfocado en el asunto.

   En el ámbito de las organizaciones, debemos destacar que una mayoría significativa de empresas tanto públicas como privadas mantienen planes de contingencia ante el manejo de crisis. Probablemente, las mismas han transitado bajo pruebas difíciles y en ocasiones, estuvieron expuestas ante el riguroso juicio de la opinión pública.

   Asimismo, algunas de estas organizaciones públicas o privadas que estuvieron en el ojo público se hicieron fuertes, se auto superaron, comprendieron cuán importante resulta lograr ser proactivos y practican actualmente dicha proactividad de manera efectiva y eficiente. Por consiguiente, ante cualquier síntoma de carácter “problemático”, el mantener una visión proactiva ayuda a superar con mayor rapidez aquellas consecuencias que implicaron situaciones de poco control. Quizás, porque ésta fue la primera vez que enfrentó la experiencia. Además, el manejo dependerá del escenario, del asunto, de los involucrados, del ambiente y el entorno donde ocurrió el evento. Probablemente, algunas organizaciones no llegarán a superar alguna etapa en el manejo de crisis y serán clasificadas como “heridos al borde de la muerte”, esperando en cualquier momento que desaparezcan del panorama.

El hecho de desconocer y no comprender el proceso de manejo de las crisis imprevistas es similar a caminar por un desierto sin abastecimiento de agua: tratando de sobrevivir, experimentando un clima de desesperanza, un ambiente de falta de entendimiento, en un estado de ambigüedad y desorientación. Peor aún, conlleva enfrentar a los directivos o directivas organizacionales que revisarán y tomarán medidas para solucionar las consecuencias desde las decisiones equívocas. De seguro, dichas decisiones imprecisas, caracterizadas por medidas tomadas con base en la falta de entendimiento, traerán consecuencias “poco gratas” y ahí se observará la cadena de consecuencias.

  La clave para el buen manejo de crisis, el cuidado en el proceso de tomas de decisiones organizacionales y la correcta dirección para cada una de aquellas etapas analizadas es la siguiente: la comunicación.

La comunicación efectiva como herramienta indispensable ante la crisis

La comunicación entre los seres humanos racionales conlleva un proceso básico y, a su vez, complejo. No muchas personas comprenden debidamente cómo ejecutar efectiva y eficientemente este instrumento de entendimiento mutuo. Por tal razón, el proceso de comunicación debe contener estímulos, significados y estar adaptado a un clima que represente lo que queremos comunicar, es decir, comunicación con propósito. De esta forma, podremos esperar un resultado favorable y si no fuese como lo imaginamos, al menos, contamos con la respuesta o realimentación.

  Cuando hacemos sentir el significado de la palabra “comunicación” y lo depuramos como comunicación efectiva, la interpretación es sencilla: escucha, dialoga y luego decide”.  La esencia de la comunicación se distingue por la manera de participar, entender, informar y permitir ser informado; de transformar percepciones en hechos reales, positivos y contundentes que marquen y dejen huellas ante una sociedad hambrienta de nuevos conocimientos.

  Ese conocimiento es más que una simple razón para caracterizarnos y diferenciarnos como seres humanos racionales ante aquellos asuntos insolubles, incompletos, faltos de comprensión y entendimiento. Consiste en adoptar una actitud efectiva ante el manejo de asuntos sensibles y en llegar a un escalón superior – corresponde a “subir la barra”, como diría un gran amigo de la industria. Esto representa una herramienta indispensable para nuestro estilo de vida; nos permite llevar las acciones por consenso; nos invita a concebir el pensamiento de “ganar-ganar.” Sin embargo, una crisis nos brinda la oportunidad no sólo de “reaccionar” ante situaciones imprevistas, sino de comprender cuán libres somos como seres racionales al tomar decisiones difíciles a pesar de nuestra vulnerabilidad y fragilidad humana. No obstante, si nos preparamos ante la adversidad -ante ese momento difícil e inesperado que podrá ocurrir de vez en cuando- entonces seremos todos ganadores de nuestras propias iniciativas.

Por consiguiente, gracias a que pudimos reaccionar de manera proactiva, logramos superar la crisis y la solución nos facilita una “actitud de cambio”. Es desde este panorama que las relaciones públicas son una herramienta para administrar la comunicación efectiva con la variable precisa y favorable de una actitud positiva hacia el cambio.

Ciertamente, la crisis nos golpea inesperadamente y nos coloca ante posturas defensivas; no obstante, poco a poco nos iremos moviendo o girando hacia el norte con actitud favorable para comenzar a aceptar “los hechos” y así, finalmente, mirarnos al instante hacia la actitud de cambio.

Suponemos que ésta sería la mejor de las escenas. De hecho, debemos tomar en cuenta que esta oportunidad no se repite habitualmente. Entiendo que este es el camino adecuado, por el cual, debemos seguir con firmeza para encontrar nuestra superación, el progreso, ese norte, y finalmente, nuestra autorrealización como una sociedad que mira hacia el futuro con la visión del presente.

No necesitamos de dialectos complicados, ni de lenguajes esotéricos para hablar de “crisis”. Tampoco tenemos que presenciar una clase a nivel pregrado o de posgrado para concebir entendimiento. El conocimiento es un concepto no definido; hacemos camino en la medida que aprendemos de los conceptos o de las ideas y así lo definimos.

La mezcla del sentido común y la comunicación eficaz hará que las acciones y las consecuencias cumplan con el panorama de la comunicación estratégica para el cambio.  En otras palabras, esto surge cuando la “crisis” ocurre y nos golpea imprevistamente, pero contamos con las herramientas precisas para manejarla. ¿Y por qué ocurre? ¡Porque aprendimos! Este será “el mapa” que brindará la oportunidad de ajustarnos y adaptarnos con el enfoque hacia ese cambio anhelado.

El manejo adecuado, preciso y desde la perspectiva de la comunicación efectiva (como mencioné anteriormente), son posturas que nos colocarán ante la pura reflexión y por tal razón, deberíamos asimilarla. Así, cultivamos el arte de cómo resolver nuestros conflictos personales y laborales de manera “pacífica”, desde el entendimiento mutuo; de convivir en el círculo de la armonía social y de ser una sociedad modelo adaptable al cambio.

La falta de una comunicación efectiva ante el manejo de “crisis” nos empuja, por momentos, a nuestro propio círculo vicioso (de la rutina) donde el “chivo expiatorio” conduce hacia los conflictos y prejuicios irracionales. Es sumamente complicado evitar estas “escenas”. Sin embargo, no debemos sucumbir en este acto “teatral”. Tanto usted, como yo, tenemos la voluntad de manejar los conflictos, sean cuales sean, de manera proactiva, responsable, eficaz y racional.

Usted, como yo, hemos nacido con grandes virtudes, somos bendecidos porque tenemos la capacidad infinita de ser creativos. Hemos evolucionado, porque disfrutamos de nuestros grandes talentos y habilidades. Aún más, una de las numerosas características naturales que tenemos los seres humanos y que no requiere de grados académicos ni de protocolos y mucho menos de diferenciación social o de género es la habilidad de comunicación o el saber comunicarnos. Aprende a escuchar activamente y desarrolla tus capacidades para dialogar de una forma eficaz. ¡Inténtalo y podrás sobrellevarlo con el aprendizaje! ¡Ahí está la conquista eficiente del proceso de comunicación!

Ser efectivo y eficiente son características que ha de tener el comunicólogo en su caja de herramientas para transformar el paradigma del cambio comunicacional. Consiste en ser estratega de nuestra propia visión con futuro y en dejar huellas para que las demás generaciones tengan un marco de referencia. Eso marcará la diferencia en el día de mañana. Aprenda a manejar su “crisis”, evolucione, busque la oportunidad y verá que no habrá límite que no logre superar; la consecuencia positiva la hallará con la actitud hacia el cambio.

Por lo tanto, la coyuntura que brinda la “crisis” en cualquier momento consiste en distinguir el problema desde otro ángulo. Hoy, manejamos alguna situación “crítica”; sin embargo, mañana tendremos la oportunidad de ver con otros ojos la esencia de esa “crisis”. No cabe la menor duda que, si no fuera por la razón de haberla experimentado, quizás nunca hubiésemos podido aprender de la debilidad que aún poseíamos y no observábamos,  aunque sí veíamos.

            En síntesis: la pura razón de manejar “crisis” está en su capacidad de saberlo comunicar.

(El autor es relacionista profesional y creativo. Ejerce como profesor del Departamento de Artes Gráficas y Publicidad Comercial de la Universidad de Puerto Rico en Carolina y es miembro de la Asociación de Relacionistas Profesionales de Puerto Rico.)

 

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viernes, 1 de noviembre de 2013

El reparto de panes y peces .Compartir!

Ayer escuché a un parroco hablar de el relato "multiplicación de panes y peces" , el me hizo ser consciente de lo que realmente  significa esta relato, lo debían haber denominado más bien  el "reparto de panes y peces".
En este relato no se habla ni de comprar ni de multiplicar, sino que se expresa en términos de dar, de poner en común, de partir, de repartir, de servir, de COMPARTIR.
Cuando se pone en común lo que se tiene, hay para todos y sobra.
El verdadero milagro no consiste ya en que cada uno se busque la vida por su cuenta  ni en tener dinero para comprar , ni en multiplicar el pan . El verdadero milagro pendiente consiste en poner en práctica en la vida el aprender a compartir, a poner en común lo que se tiene, a partir, a repartir y a servir.
En estos tiempos que estamos viviendo el compartir tiempo, información, recursos, momentos... todavía es  más importante. COMPARTE!   ¿Qué has compartido hoy?. No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy...

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