lunes, 30 de diciembre de 2013

Productividad y Felicidad

Por Francisco Sáez

Aquí te dejo algo para pensar en estas fiestas…
Parece claro que la felicidad ayuda a que la gente sea más productiva. Pero, ¿y al revés?¿Ayuda la productividad a que la gente sea más feliz?
Hay algunos que ven la productividad desde una óptica un tanto simplista. Hacer más cosas con menos” les parece más bien un dogma impuesto por el sistema y las organizaciones, con el fin de obtener más beneficios o incurrir en menos costes. Y es cierto, en parte. Por supuesto, la productividad es algo que le viene muy bien a las empresas y a los gobiernos, puesto que no disponen recursos ilimitados. Pero, por el mismo motivo, es también algo que le viene muy bien a tu familia o a ti como individuo.
Aparte de los posibles beneficios económicos que seguramente alcanzarás siendo más productivo, la búsqueda de la productividad personal tiene más que ver con otro tipo de motivaciones. Todos queremos ser felices, durante el mayor tiempo posible. Aunque para cada uno la felicidad significa algo diferente, los científicos aseguran que una parte importante de la felicidad nos llega como consecuencia de nuestra interacción diaria con nuestro entorno (otra parte viene como consecuencia de nuestros genes y de circunstancias externas, pero esto escapa a nuestro control).
Sí, resulta que la parte de tu felicidad sobre la que tú puedes influir viene fundamentalmente de las cosas que haces en tu día a día. Esto implica que tu productividad personal puede tener un impacto razonablemente importante en tu felicidad.
Así pues, ¿qué deberías hacer? ¿En qué deberías emplear tu tiempo? Evidentemente, debes cumplir con tus obligaciones, aunque no todas te hagan feliz, porque no hacerlo tiene consecuencias—y va a restar puntos a tu índice de felicidad.
Pero también debes hacer las cosas que te gustan. Y también debes buscar nuevas experiencias, agradables y divertidas, porque cuando haces algo estimulante por primera vez te sientes muy bien. A medida que se repite la experiencia, te vas acostumbrando y el placer disminuye. Ten en cuenta que hay experiencias, como leer un libro, que, aunque repetidas, en realidad son nuevas cada vez; cada libro es una nueva historia que te puede estimular positivamente.
Si te preocupas por tu productividad personal, tus rutinas estarán al día y no se producirán situaciones de crisis. Igualmente, tendrás siempre en mente otras áreas de tu vida, que no tienen nada que ver con el trabajo, pero requieren acciones por tu parte para lograr un equilibrio que te permita ser feliz (familia, amigos, aficiones, ocio, etc.). Para ser feliz has de tener la intención de ser felizhas de ser proactivo y buscar tiempo para dedicar a tu felicidad. Para eso necesitas ser productivo.
Además, piensa en cómo tus objetivos y planes a largo plazo también influyen en tu día a día, aunque sea de manera indirecta. Por lo tanto, también necesitas gestionarlos eficazmente para ser feliz. Y para eso necesitas un sistema.
Resumiendo, los posibles orígenes de la felicidad son tres: Tus genes, contra los que nada puedes hacer, tus circunstancias externas, que en la práctica apenas puedes cambiar, y la actividad de tu día a día. Sólo puedes influir de manera clara en lo que haces, y lo que hagas dependerá en buena medida de tu organización personal y de tu productividad.

¡Feliz Navidad!

viernes, 27 de diciembre de 2013

Coaching y salud: Ahora también

Ahora también "me siento" al otro lado de la mesa

Inés Montiel Higuero
autores@tisoc.com



     La vida es frágil, como el ser humano mismo. Generalmente no pensamos en ello, pero forma parte de nuestra esencia más íntima.  Aunque en el día a día no seamos conscientes, somos vulnerables. La salud y la enfermedad son los dos extremos de la misma cuerda, dos polos inseparables; un polo nos da la posibilidad de disfrutar, mientras que el otro nos permite crecer. Pero siempre en el centro de dos extremos encontramos un punto intermedio: el bienestar. Nuestro nivel del bienestar depende en esencia de nuestra actitud, de cómo seamos capaces de vivir nuestra salud o nuestra enfermedad; para ello debemos realizar un trabajo personal que nos lleve a disfrutar de cada instante, saborear cada segundo, ser agradecidos, buscar y dar siempre lo mejor de nosotros mismos. Cultivemos nuestra actitud ante los acontecimientos del día a día (que no siempre son los que nos gustarían), para conseguir siempre nuestro máximo nivel de bienestar.


     -Era una mañana soleada, había salido de guardia y me encontraba dando un paseo con mi perro por el campo. Podía disfrutar de unas vistas espectaculares desde donde me encontraba: campos verdes y al fondo el azul intenso del mar que se llegaba a confundir con el cielo. La temperatura, ya tibia, me permitía recibir los rayos de sol en los brazos y en la cara. Queen, mi perra, corría a mí alrededor sin parar. La vida era maravillosa.


     De repente sentí un intenso dolor en mi tobillo izquierdo, al tiempo que caía al suelo. Un poco aturdida, sin saber bien qué pasaba, me senté e intenté incorporarme, pero el dolor me lo hacía imposible. En poco tiempo me encontré con una bota de fibra de vidrio en mi pierna,  unas muletas para desplazarme y la indicación de reposo con la pierna en alto.


     Era el peor momento para tener que parar por la enfermedad (bueno realmente no hay ningún momento adecuado), pues en los siguientes días tenía que dar respuesta a importantes compromisos laborales adquiridos hacía meses. Me encontraba en un buen momento de desarrollo profesional, se empezaban a materializar muchas posibilidades por las que había luchado duro hasta ese momento y parecía que tenía que posponer algunas cosas durante varias semanas.


     A pesar de todo y con la ayuda de las personas que me quieren, conseguí continuar, más o menos, mi ritmo frenético de trabajo. No aproveché la oportunidad para cuidar mi salud (la enfermedad, bien interpretada, es una oportunidad para mejorar) y lo que se podía haber solucionado en poco tiempo, siguiendo las recomendaciones oportunas, se convirtió en una larga y penosa enfermedad que consiguió paralizarme durante nada más y nada menos que dos largos años. Por el sobresfuerzo realizado dada mi actitud ante el accidente, se comenzaron a suceder diferentes síntomas y signos que derivaron en el diagnóstico de siete hernias discales en la columna. Durante los siguientes tres meses (que viví tan intensamente hasta el punto que me parecieron tres años) se sucedieron exploraciones, pruebas y visitas a distintos profesionales y se barajaron diferentes diagnósticos: tumor cerebral, esclerosis múltiple, etc.; todas posibilidades terribles que progresivamente iban minando mi moral y mi capacidad de lucha y respuesta.


     El final de este camino tortuoso fue vida de reposo, nada de actividades que pudieran implicar esfuerzos físicos, un corsé de inmovilización en la columna y toneladas de fármacos. Todo esto con 38 años, una vida por delante y en pleno despegue personal y profesional. La consecuencia casi natural que se podía esperar sucedió y la depresión terminó de aniquilar mi capacidad hasta de pensar. Sin embargo, fueron los largos paseos por la playa los que me permitieron reencontrarme con mi esencia y tomar la decisión de buscar un camino de sanación y así fue cómo la integración de la medicina alopática con fisioterapia y terapias alternativas, junto a los cuidados y el amor de mi familia, pareja y amigos, consiguieron que en mí creciera, de nuevo, la semilla de la vida.


     Pasaron los tiempos de silencio, de no entender nada, de lucha sin descanso contra la enfermedad. Hoy sigo teniendo siete hernias, sigo viviendo con el dolor, pero vivo una vida tan normal y con tantas o tan pocas restricciones como la de cualquier persona. Muchas cosas han cambiado en estos años (ya van a ser ocho y contra todo pronóstico no estoy inmovilizada). He aprendido mucho, incluso me atrevería a decir que soy un poco mejor en lo personal y mucho mejor en lo profesional (ahora, como médico soy capaz de entender mucho más a mis pacientes), pero sobre todo, he aprendido que mi nivel de bienestar no depende de mi nivel de salud ni de la gravedad de mi enfermedad, mi bienestar  depende fundamentalmente de mi actitud ante los acontecimientos que me suceden.


     ¿Cómo me "siento" en el otro lado de la mesa? Cómo médico que atraviesa un proceso de enfermedad me he cuestionado paradigmas científicos, emociones, hábitos, capacidades y habilidades. El camino recorrido me ha permitido recuperar la esencia de mi vocación y retomar la palabra como arma terapéutica fundamental. Sentada en "el otro lado de la mesa", experimento la importancia de la comunicación entre cualquier profesional de la salud y yo como paciente. Ahora "siento" el poder de las palabras de estímulo, de las palabras creadoras de ambientes de empatía, de las palabras que son capaces de proyectar y crear futuro de bienestar - .



     A través del Coaching para la Salud te propongo un camino de trabajo profesional y personal para ayudar a tus pacientes a que aumenten su experiencia de bienestar, sea cual sea su nivel de salud o de enfermedad. Donde tu paciente quiera llegar depende, en gran medida, de su actitud y tu trabajo; como profesional, consiste en ayudarle a encontrar su máximo potencial.




(Inés Montiel Higuero es coach personal y se dedica al sector de la salud)

lunes, 23 de diciembre de 2013

La creatividad supera la fricción

Maravilloso sábado, el penúltimo del año, entre La Coruña y Santiago de Compostela, dos ciudades a las que adoro. Tras la estupenda cena de navidad de anoche (gracias, Enrique, Mar y a todo el equipazo de IDEO, Atelier y Agrotec), que algunos acabamos a las 2 de la madrugada (los jóvenes, imagino que más tarde), desayuno tranquilo en el hotel Meliá María Pita, enclavado en un lugar privilegiado de “la ciudad en la que nadie es forastero” y lectura del último libro de Mikel Urmeneta frente a la playa de Riazor (abrigadito, eso sí). Comida en casa de Mar y Enrique (con la famosa tortilla de patatas, una de las mejores del mundo), tarde de fútbol (Deportivo de A Coruña – Numancia a las 6 de la tarde, en el estadio de Riazor, con Enrique y Felipe) y, ya en Santiago, cine. Mañana participo en un programa de la TVG (televisión gallega) con motivo de la lotería de navidad. Mi agradecimiento a Mar, Enrique y Felipe por el día de hoy, tan especial.

La creatividad supera la fricción. Una semana en el cerebro de Kukuxumusu, se titula el último libro de Mikel Urmeneta, con ilustraciones de Txema Sanz, un extraordinario dibujante sin el cual esta marca no se entendería (es el dibujante principal de las colecciones de Kukuxumusu durante los últimos diez años). “Este libro es un regalo para los que creen que la imaginación es la mejor herramienta para ser felices. Para los que creen que el humor es imprescindible para enfrentarse al día a día. Para los que utilizan la creatividad como estrategia de cambio. Para los que piensan que se fracasa no por falta de recursos sino por falta de fantasía. Para los que se empeñan en ser positivos. Para los que relativizan. Para los que se guían por su subconsciente.”, reza en la contraportada. Una semana, 7 días, 168 horas, un dibujo (de Txema) por hora, un comentario (de Mikel) por dibujo. Para hacernos sonreír, estimularnos y darnos ideas. ¿Qué más se puede pedir?.

Mikel nos cuenta que “todos somos ovejas, todos fueron ovejas, desde Einstein hasta Marilyn” (aunque algunas “ovejas” estemos como cabras, ¿verdad, Mikel?), que “la imaginación es algo que hay que cultivar (como el talento) porque las ideas nunca vienen solas”, que “la curiosidad y la necesidad generan ideas”; “lo desconocido tiembla cuando está en manos de nuestra capacidad de imaginar”, “es importante tomarse el trabajo con optimismo”, “la libertad es un pensamiento, una intención”, “¿no veis que cuando queremos somos capaces de inventarnos mundos y escapar de nuestros problemas, ser felices y darnos placer?” (sí, se refiere a eso), “el sexo en cualquiera de sus variantes es lo que crea los dibujos animados de la vida”,  “consumo, luego desaparezco”, “el consumo y el hambre: dos armas gemelas”, “la cocina es parte esencial de nuestra evolución como especie y lo sigue siendo”, “siendo un rebaño de ovejas, cualquier comportamiento diferente a la mayoría del rebaño se ve como extraño, peligroso”,  “como hormiga, me gusta la teoría de que somos información, y no materia y energía”,   

El miércoles de madrugada y hasta las 12 de la mañana se lo pasa el autor pensando en una campaña para una empresa de huevos y pollos, hasta que encuentra el ¡eureka!: “las ideas tejen las mejores alfombras”, entre el sueño y la realidad. Critica las “corbaratas”, los cajeros automáticos (para Mikel, un maravilloso truco del capitalismo para gastar lo que ganas o lo que no tienes), las multas, presenta a todo tipo de animales copulando, las compras, las fiestas (“con unas copas de más, a todos nos da por hacer el mandril”), la cama (“qué gran pérdida de tiempo, si no fuera por los sueños”), los humanos (“una especie con el poderoso don de crear. Y de echar siestas”), el cortejo (“ella es la que marca los ritmos. La que manda, de buen rollo”), hacer el amor (“hacer el amor es un concepto de peluches. Se folla amando o sin amar y punto”), el amor (“el amor es lo mejor y lo peor del mundo. Como el desamor”), la televisión (“casi siempre pienso que lo que veo en la tele es irreal. No puede ser verdad que haya tanta crueldad y tanta mediocridad a nuestro alrededor”) y los medios de comunicación (“detrás, las podridas sombras del poder y la pasta”), las cumbres (“todos nosotros debemos tener nuestro propio ochomil”), la vida (“la vida te pasa por encima, pero con humor es mucho más llevadera”), crecer (“hemos nacido para volar. Otra cosa no vale”) y la propia Kukuxumusu (“Una marca que en realidad es un equipo de cronistas y humoristas gráficos de la actualidad”).      

Entre los amigos de Mikel Urmeneta que aparecen en el libro, Fernando Sánchez Dragó (con quien habla de escarabajos), José Andrés (uno de los muchos cocineros que conoce bien), Andreu Buenafuente, América Valenzuela, Juan Luis Arsuaga, Pello Ruiz Cabestany, Vicente Madoz (su psiquiatra), Edurne Pasaban, Pablo Carbonell, Raquel Sánchez Silva.    

Un libro estupendo, muy ameno, para estas navidades. “Para ser feliz hay que proponérselo” (Mikel Urmeneta). No conozco todavía a Mikel (sí a parte de su equipo de Kukuxumusu, con el que estuvimos a punto de hacer cosas de organización en 2011), pero me parece un tipo libre con criterio, que ya es mucho en los tiempos que corren.          

PUBLICADO POR JUAN CARLOS CUBEIRO

viernes, 20 de diciembre de 2013

Enfoques: El coaching educativo

El coaching educativo

Por Beatriz Duda
autores@tisoc.com


Hace ya varios años el Coaching se conoce en el ámbito empresarial y educativo, pero es sólo recientemente que este último ha comenzado a tomar importancia en países latinoamericanos. 

El Coaching es una manera de comunicarse que busca crear conciencia y responsabilidad para trabajar con base en metas que permitan lograr nuestros más altos objetivos. Esta definición se ajusta perfectamente al ámbito educativo. La pregunta es: ¿cómo llevarlo a cabo?

Las respuestas son varias, pues entendemos el Coaching educacional en dos niveles.

     Primer nivel

Una herramienta de comunicación eficaz. Esta debe darse entre la dirección del centro educativo con el personal administrativo y docente; entre todos ellos con los padres de familia; y entre los docentes con los alumnos. En este nivel se busca también el alineamiento de los valores individuales con la política educativa del centro para el que trabajan. 

Las cualidades básicas que estas personas, escuela, alumnos, padres y madres de familia deben desarrollar para lograr una comunicación positiva son las siguientes: saber escuchar, tener buena disposición, estar motivado, usar la metodología básica del Coaching (teniendo presente el buen manejo del lenguaje verbal, la emocionalidad y la corporalidad). 

En este nivel, los profesores son una pieza muy importante y se convierten en facilitadores del aprendizaje de sus alumnos, respetando su individualidad y apoyándolos en el desarrollo de su potencial.

     Segundo nivel

Una oficina de Coaching. Los alumnos son sensibilizados sobre el tema de manera que se motiven a recurrir al coach (sabiendo que hay absoluta confidencialidad) para resolver sus problemas de cada día, que afectan directamente su desempeño. Acá el alumno tiene la oportunidad de esclarecer su meta, buscar la manera de lograrla y activarse para lograr el cambio, todo ello con el seguimiento y aliento constante del coach. 

Hay que tener presente que es frecuente que el alumno demande en un inicio ayuda para un  problema del momento y luego, decida trabajar otros temas con su coach que lo lleven finalmente a un cambio transformacional.

En este espacio el coach trabaja básicamente el tomar conciencia, asumir la responsabilidad de las propias decisiones, el crecimiento personal y académico, el manejo de las emociones, la activación para lograr el cambio, el manejo del tiempo, el esfuerzo sostenido, el automonitoreo y la adaptabilidad a las normas del centro educativo.

Desde esta oficina se realiza el Coaching individual (con alumnos de secundaria), grupal (con alumnos de primaria) y de peer Coaching (programa de formación a alumnos de secundaria que deseen ser amigo/coach de un compañero dispuesto a ello).

El coach o los coaches a cargo de este espacio deben tener la formación profesional en Coaching y será mejor si tienen la formación de coaching en TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad), ya que en todo centro educativo, sea escolar o universitario, hay una población que presenta estas características.


(La autora es Coach de TDAH, presidenta de la Asociación Peruana de Déficit de Atención).

lunes, 16 de diciembre de 2013

¿Qué necesito para ser más productivo? (V) Un área de trabajo estable


Soy un firme creyente de una teoría que dice que la productividad personal se basa en tener buenos hábitos. Los hábitos implican rutinas y, las rutinas, implican estabilidad.

Seguramente habéis oído aquello de que, para aprovechar al máximo tus horas de estudio, es importante disponer de  un lugar ordenado, tranquilo e intentar hacerlo siempre en el mismo lugar.

Este es un principio que podemos exportar al rendimiento del trabajo. Para poder ser eficaces necesitamos disponer de un lugar donde trabajar estable, donde seamos capaces de mantener períodos de máxima concentración sin que nos interrumpan y mantenerlo siempre en orden.



La teoría es sencillísima, lo sé, lo difícil es llevarlo a la práctica. Si disponéis de vuestro propio despacho y siempre trabajáis en el mismo lugar físico no hay ningún problema. Cerráis la puerta de vuestro despacho y ya tenéis tranquilidad.

Para los que trabajamos en un puesto normal, en una bulliciosa oficina, el asunto se complica. Por suerte sí que se cumple la premisa de trabajar siempre en el mismo lugar y solo depende de mi tenerlo ordenado. Para poder hacer mi lugar de trabajo un poco más tranquilo, me pongo unos buenos cascos con música, a veces incluso tapones para los oídos.

La cosa es todavía más difícil si viajáis mucho o vuestro trabajo consiste principalmente en visitar a clientes. En este caso sugiero convertir vuestra tablet u ordenador portátil en vuestro “centro de trabajo” junto con vuestro teléfono móvil. Así, estéis donde estéis, tendréis a vuestra disposición todas las herramientas y recursos que necesitáis tener a mano. Vuestro escritorio no es físico sino digital.

Como yo uso varios dispositivos y necesito trabajar desde lugares diferentes, yo uso internet como mi centro de trabajo principal. Todos los programas que utilizo son aplicaciones web y todos los documentos están en la nube. Incluso mis listas de música están en internet. No hay prácticamente nada que no pueda hacer siempre que tenga un ordenador con conexión a internet a mano y solo necesito abrir un navegador para sentirme como en casa.

No hay excusas para no intentar mejorar vuestra forma de trabajar, solo hay que encontrar las claves que nos proporcionaran un área de trabajo estable que sirva hasta que consigáis ese precioso despacho con vistas por el que tanto estáis luchando ;)

Por Daniel Grifol
Especialista en Desarrollo Web y apasionado de la Productividad Personal.

viernes, 13 de diciembre de 2013

El salario emocional

Por Dionisio Contreras Casado

Parece que todo no es dinero, y en tiempos de crisis es conveniente tenerlo en cuenta.

La dedicación al trabajo o la creatividad personal de los trabajadores, son activos primordiales para las empresas, y así algunas de ellas, además del salario fijo, ofrecen a sus empleados, habitualmente a los directivos, retribuciones en especie o incentivos económicos, incluso stock options. Hasta hace relativamente poco este ha sido el único esquema de compensación, únicamente materialista. Una compensación material y financiera: pan para hoy y hambre para mañana.

Sin embargo, en la selección de determinados puestos de trabajo, hay un denominador común, y es que a partir de un mínimo de retribución económica, que los candidatos al puesto de trabajo consideren adecuado, estos mismos quieren que se hable de lo que vamos a denominar el salario emocional, y se decantarán por las empresas que les ofrezcan cierto desarrollo en esta línea.
Parece que algunas empresas están comprendiendo que tienen que ser competitivos para permanecer en el mercado, y que la competitividad no es sólo una cuestión de precios, sino de valores añadidos al puesto que se ofrece, entre los que se encuentra el aprovechamiento del talento del trabajador.

Viendo que el sueldo ya no es lo más importante a la hora de permanecer en un trabajo, uno de los desafíos de los directivos es motivar a sus trabajadores individualmente y comprometer a su plantilla. Al ser mucha la inquietud de los empresarios que pretenden evitar que se les fugue un buen trabajador, han sido varios los estudios que se han interesado por las variables que influyen en la motivación del trabajador, y lo que los empleados citan como más importante a la hora de fidelizar con una empresa son factores tales como la formación ofertada, la relación con el superior directo, la libertad de poder expresar ideas propias o sugerencias sobre el modo de trabajo, oportunidades de promoción, retos laborales, flexibilidad, buen ambiente laboral, o sentirse reconocido por el trabajo que desempeñan.

Un par de estudios recientes, sitúan en más de un treinta por ciento el número de directivos que cambian de empresa cada dos años. Esto supone, amén de graves pérdidas en lo económico, más graves en lo organizativo (que acaban repercutiendo en la cuenta de resultados), ya que se desaprovecha el Know-How, se dilapida la inversión en formación, los costes de desarrollo, y un esfuerzo y un gasto en volver a reestructurar la organización, aparte del desencanto del personal de la empresa, que presencia como se van personas claves de la organización, y ello puede acarrear una gran pérdida de clientes.
¿Qué empresa se puede permitir tener contratadas a personas insatisfechas, habida cuenta de que la insatisfacción repercute en la cuenta de beneficios?. Lejos de esto, a la cabeza de las empresas deben situarse directivos emocionalmente inteligentes y sobradamente humanos.

Miquel Bonet, presidente de la consultora de selección ABR-Action Consulting y consejero de comunicación del grupo Select, reflexionaba: “La fórmula podría ser simple, atrapemos el conocimiento de la forma más simple recuperando la comunicación y el diálogo, generando proactividad, implicando unos y otros, reinventando el viejo foro en las empresas, ya sea a través del trabajo en equipo, los grupos de calidad, workshops o la simple comunicación interna, pero esto sí, con un guión y una finalidad, porque nada funciona sin orden”.

Dionisio Contreras Casado Educador Social. Experto en Drogodependencias. Formador de Inteligencia Emocional.


miércoles, 11 de diciembre de 2013

Recapitulando ideas sobre Branding Personal

Por Andrés Pérez Ortega
Al acercarnos a estas fechas “tan señaladas” suele ser habitual hacer un repaso de algunas de las cosas que han sucedido. En mi caso, me parece interesante repetir una vez más algunas ideas relacionadas con la Marca Personal para reforzar conceptos. Especialmente ahora que parece que todo el mundo habla sin tener muy claro de qué va esto y se dicen tantas tonterías.
  1. Una Marca Personal es una huella. Es algo que dejamos en los demás y el Branding Personal es el proceso para dejar dejar esa impresión inolvidable en la mente de alguien. Como ves, se trata de dejar rastro de forma planificada pero auténtica.
  2. El Branding Personal es una forma de actuar que trata de transmitir las cualidades que poseemos. Si conseguimos que esa huella esté bien definida y la comunicamos eficazmente conseguiremos generar una respuesta emocional y racional en las personas a las que nos dirigimos.
  3. Una Marca Personal es un conjunto de percepciones que generamos. La Marca Personal trata de conseguir que seamos percibidos por nuestro entorno como realmente somos y puede gestionarse. Si trata de transmitir algo que no somos entonces no es una Marca Personal sino la marca de un personaje.
  4. Una Marca Personal es una forma de generar confianza. Es una forma de aumentar la credibilidad en ti, en lo que haces y en los beneficios que proporcionas y que se refuerza cada vez que la gente conecta contigo o con tu proyecto.
  5. Una Marca Personal es un reflejo de tu identidad. Tu Marca Personal eres tu o, mejor dicho, es una forma de representar y comunicar quien eres. Es un reflejo de tu esencia.
  6. Una Marca Personal es una forma de transmitir información. Tu Marca Personal comunica muchas cosas sobre ti en un instante.
  7. Una Marca Personal no es algo que tienes sino algo que dejas. Si quieres dejar huella, deberás hacer algo que deje un recuerdo. Por lo tanto tu Marca Personal solo podrá existir si haces algo que influya en tu entorno.
  8. Una Marca Personal es el resultado de todo lo que haces. Una Marca Personal es la suma total de nuestros logros, actitudes, acciones y trato con los demás a lo largo de los años. Cuanto más consistente y frecuente sea tu forma de hacer las cosas, más incrustado estará.
  9. Una Marca Personal requiere actuar. Para dejar huella hay que actuar. Para generar un impacto debes HACER algo, tienes que realizar alguna acción que consiga generar un efecto en algo o en alguien. Si no hay interacción, no hay impresión.
  10. Una Marca Personal no se crea, sino que se descubre, se gestiona y se comunica. El Branding Personal empieza siendo un proceso de descubrimiento. La marca se descubre como la escultura dentro del mármol. La Marca Personal no trata de convertirte en alguien que no eres sino de “destilar” lo que mejor te define.
  11. Una Marca Personal depende los demás. Constantemente repito que una marca debe dejar una huella pero para que eso suceda debe existir un lugar en el que plasmarla. Cuando hablamos de Marca Personal el “soporte” son las personas de nuestro entorno. Por lo tanto la fortaleza de una Marca Personal depende del impacto que generas en otras personas. Si no eres capaz de aportar algo valioso o de generar un recuerdo relevante pasarás inadvertido.
  12. Una Marca Personal enriquece la marca de un país u organización. Hay quienes dicen que una Marca Personal es algo que sólo beneficia a quien la posee pero eso no es cierto. Cuando una empresa, una organización o un país tienen profesionales o individuos capaces de influir positivamente en su entorno todos salen beneficiados.
  13. Una Marca Personal influye en las expectativas. Las cosas pueden cambiar a tu favor si quienes te rodean se sienten más cómodos al saber qué pueden esperar de ti.
  14. Una Marca Personal debe estar asociada a algo valioso. Se construye sobre algo que sea útil (Producto) que te hace relevante, diferente y atractivo. Eso no es engañar, es aprovechar tus ventajas y fortalezas.
  15. Una Marca Personal es un camino de un solo sentido. Cuando empiezas a gestionar tu Marca Personal, no hay vuelta atrás, estás comprometido. Todo lo que hagas en tu vida profesional y personal afecta a tu Marca Personal.
  16. Una Marca Personal te diferencia y distingue. Es lo opuesto a la noción de “commodity” (producto indiferenciado, a granel) o “marca blanca”.
  17. Una Marca Personal es frágil. Es muy dificil de crear y fácil de destruir. Una marca es muy delicada y cualquier pequeño error puede dañarla. Puede tratarse de la comunicación o de la forma en que interactúas con tu audiencia pero sin una gestión correcta quizás estás perjudicándola inconscientemente.
  18. Una Marca Personal puede ser muy valiosa aunque sea poco conocida. Ha habido, hay y habrá muchas personas que han dejado una huella profunda e indeleble en un entorno reducido y que han pasado desapercibidas para el resto del mundo. Que alguien utilice eficazmente las herramientas de comunicación y de marketing personal o de Social Media no significa que su Marca Personal sea más valiosa que la de quienes no consiguen una gran notoriedad.
  19. Una Marca Personal existe siempre. Es imposible no dejar huella. Desde que empecé explicar a todo el que quisiera escucharme lo que he aprendido sobre Marca Personal siempre me he encontrado personas que me han dicho que ellos no quieren saber nada de esto porque no quieren tener una Marca Personal. Pero se olvidan que es imposible no generar un impacto en los demás, incluso aunque no lo pretendas. Así que, salvo que tengas previsto retirarte al desierto o perderte en una isla desierta como Robinson Crusoe, más vale que aceptes que no puedes pasar inadvertido.
  20. Una Marca Personal puede evolucionar pero debe ser coherente. Cuando digo que si queremos tener éxito posicionándonos debemos trazar un plan, una de las pegas que suelen ponerme es que eso nos quita flexibilidad, espontaneidad e incluso autenticidad. Pero se equivocan. Eso es como decir que por planificar una fiesta vas a ser menos divertida o que por hacer la lista de la compra no puedes darte un capricho.
  21. Una Marca Personal debes gestionarla tu, de lo contrario, otros lo harán. Te van a etiquetar, lo quieras o no, así que es mejor que seas tú quien tome el control.
  22. Una Marca Personal NO es autobombo. Quizás te preguntes como puedes dejar huella si no hablas de ti pero la respuesta es sencilla. Debes entender que lo importante es que te conozcan por tus hechos y tus acciones. Si en lugar de mostrar lo que haces y de aportar algo valioso te limitas a decir lo bueno que eres entonces estamos hablando de publicidad o autobombo.
  23. Una Marca Personal NO es ser popular o famoso. Si consigues hacer mucho ruido pero no eres capaz de generar algo de valor no sólo no aumentarás tus opciones sino que posiblemente pierdas oportunidades y deteriores tu reputación.
  24. Branding Personal es un proceso. Suele confundirse Marca Personal y Branding Personal cuando en realidad la marca es el resultado de un proceso que denominamos Branding. La marca es un sustantivo y el branding es un verbo en gerundio que implica acción. Marca Personal no es la traducción de Branding Personal (o Personal Branding), en todo caso sería Personal Brand (aviso a redactores y cortipegadores de la Wikipedia). El Branding Personal se basa en un plan estratégico y se gestiona como un proyecto.
  25. Branding Personal requiere disciplina. Branding Personal NO puede ayudarte a conseguir tus objetivos si no actuas, no es una receta milagrosa. No es magia, es ciencia. Construir una sólida presencia es un reto continuo que requiere tiempo, trabajo, esfuerzo, persistencia e ideas claras.
Extra. Estar en dospuntocerolandia no implica dejar una Marca Personal relevante y valiosa. Los Social Media son sólo eso un medio, un canal, pero no hacen que tu Marca Personal sea mejor o peor, sólo más visible. La Marca Personal va de dentro de ti (lo ceropuntocero) hacia el exterior y no al revés.

martes, 10 de diciembre de 2013

Del Sufrimiento al Poder

Por Juan Manuel Alvarez-Salamanca F.

El ser humano es una especie que se ha adaptado a las condiciones  de la naturaleza, nuestra corporalidad, nuestra mente y espíritu sufre modificaciones constantes con la finalidad de sobrevivir al medio que está siempre cambiando.

En Occidente nos hemos adaptado entorno al capitalismo, nos hacemos fuertes adquiriendo bienes y servicios, pero estamos muy expuestos espiritual y emocionalmente, nuestra adaptación no ha incluido un pensamiento reflexivo que nos permita ahondar en las causas de los factores que nos hacen sufrir, por el contrario, estamos tan sumergidos en la vorágine que sólo nos medicamos para atenuar las consecuencias tapando las causas pero no solucionarlas, es como sí barriéramos la suciedad de nuestra casa y la dejáramos bajo nuestra alfombra.

Nos aterra pensar ¿en qué pasaría si..........?, y por lo tanto, buscamos entre nuestros paradigmas pequeñas soluciones como queriendo tapara el sol con un dedo.

Desde el mundo oriental y desde inicios de nuestros tiempos nos encontramos frente al Budismo, filosofía antiquísima que nos muestra las 4 verdades nobles, las cuales se centran en el sufrimiento, ellas nos dicen que toda la existencia humana es sufrimiento y que, al no encontrar la causa de dicho sufrimiento será difícil o imposible superar el dolor.

¿Que nos sucede a nosotros con esto?, muchas veces decimos no puedo o simplemente no quiero adentrarme en esto pues será un camino tortuoso que me imposibilitara poder coordinarme internamente para buscar las soluciones, el no puedo, el no quiero, el no tengo tiempo, el yo no tengo esto o aquello es un diálogo interno que nos genera, nos constituye y nos auto convence de no tener la habilidad o capacidad de enfrentarse a mi mismo, la Ontología del lenguaje nos advierte, eres lo que dices ser, por lo tanto, al decirte no puedo, seguramente no podrás y no tendrás el poder para producir los cambios que necesitas.

Cada uno de nosotros nace provisto de todas y cada una de las cualidades que el ser humano requiere para evolucionar y despertar, dependiendo de la cultura y entorno donde vivimos y nos desarrollamos, adquiriremos ciertos paradigmas y estructurales mentales que nos potenciaran o nos debilitara nuestro poder de cambio y adaptación, está en ti buscar los diferentes caminos internos para remodelarte, tú puedes y tienes todo dentro de tí para hacerlo, sólo resta tu decisión para transmutar tu sufrimiento en poder.

Sólo hazlo, cambia tu diálogo interno y transfórmate en el cambio que quieres para el mundo, nadie lo hará por ti.

Por Juan Manuel Alvarez-Salamanca F., Coach Corporativo, Ejecutivo y Personal y Facilitador Internacional Acreditado por TISOC.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

La famosa crítica sin empatía.

“La empatía es la capacidad de pensar y sentir la vida interior de otra persona como si fuera la propia”.
Autor: Heinz Kohut.

 Cuantas ocasiones no hemos leído y oído lo que significa empatía, sin embargo ¿practicamos la empatía cuando externamos un comentario sobre una situación que vive(n) una persona o algunas personas en posición difícil o crítica?

 Y es que de verdad y a fuerza de ser sincero, lo primero que llegamos a hacer es criticar sin conocer y mucho menos comprender la decisión que llevo a una situación difícil o crítica a una persona o grupo. Y esa crítica en ocasiones llega a ser despiadada. Y todo lo anterior por una insensibilidad ante el dolor o desgracia de otros y en pocas palabras por falta de empatía. Y es que no somos capaces de investigar e informarnos lo suficiente para formarnos un criterio más amplio acerca de la situación en cuestión y hacer empatía con quien está involucrado y tampoco se trata de adivinar si tu harías lo mismo que esa (s) persona (s) sino de pensar y sentir por un momento la vida interior de dicha (s) persona (s) como si fuera la propia y a la vez no se trata de estar de acuerdo con lo hecho y avalarlo.

 Simplemente se trata de "ponerse en sus zapatos por unos instantes" ¿para qué? para no juzgar y te permita ayudar hasta donde te es posible si te nace hacerlo o si es tu función.

Por ejemplo, eres rescatista de la Cruz Roja y te toca atender una emergencia en un centro penitenciario para delincuentes de alta peligrosidad donde hubo un pleito muy fuerte entre internos y hay heridos graves y te toca entrar a rescatarlos para prestarles primeros auxilios y/o salvarles la vida a aquellos que sea posible hacerlo. Tu función es esa, salvar vidas y prestar apoyo médico primario y no te pones a criticar las acciones y menos juzgar a quienes vas a ayudar,simplemente ayudas tomando las precauciones pertinentes del caso para evitar que tu también salgas afectado. Entonces tu primer herramienta al atender a las personas es la empatía, esta te será útil temporalmente para brindar un mucho mejor servicio. Eso sí, practicas la empatía y no se trata de quedarte en ese estado, lo utilizas temporalmente y luego te enfocas en apoyar porque al quedarte en estado de empatía te va a "congelar" y en lugar de ayudar tu también necesitarás ayuda.

 Pues con este ejemplo quiero ilustrar que igual sucede con nosotros al estar con seres queridos o desconocidos y que oímos o leemos su historia, lo primero a evitar es no escuchar o no poner atención, en seguida evitar juzgar y en cambio sí hacer empatía o sea tener la capacidad de pensar y sentir la vida interior de otra persona como si fuera la propia y de modo temporal para en seguida poder actuar de manera lo más justa posible. Otro ingrediente importante en situaciones difíciles a la par de la empatía es el valor de la prudencia que permite al individuo no mezclar emociones ni sentimientos sino dar paso a la razón.

 Entonces, la próxima ocasión que seamos testigos de alguna situación propia o ajena a nuestro entorno convencional practiquemos la prudencia y la empatía y evitemos el "juicio fácil" y "la crítica pusilánime". La justicia vendrá después y si no es de nuestras responsabilidades directas dejemosla a quien le compete.
Recuerda que todo lo publicado es mi opinión subjetiva.

Por: Manuel G Berumen
Coach Ejecutivo.

sábado, 30 de noviembre de 2013

El sordo no oye, pero bien compone

Por Dionisio Contreras Casado

En los últimos años, hemos culpado a la “mala comunicación” de gran parte de los problemas que ahora tenemos, y en ese sentido se ha dicho que el estrés laboral tiene su origen en la mala comunicación, que los problemas de los jóvenes son debidos a la mala comunicación, que en más del 40% de las familias existe mala comunicación entre sus miembros (estudio Jóvenes y Valores de la Obra Social de La Caixa), o atribuimos a la mala comunicación la casi totalidad de las rupturas afectivas. Pareciera una de las diez plagas bíblicas.

Pero ¿qué es la mala comunicación? Curiosamente, y como suele ser habitual, cuando tenemos la causa identificada, lo que ocurre es que no se conoce bien la naturaleza de la misma, y en este sentido, es muy complejo definir qué favorece una comunicación interpersonal precaria. No obstante, si es necesario aplicar en distintos ámbitos, una serie de teorías que vengan a prevenirnos de ella, en los ambientes más afectados.

Hay muchas más barreras en la comunicación de las que a priori podríamos considerar, de manera que, no es excepcional que entre lo que quiero decir, lo que digo, lo que se oye, lo que se escucha y lo que finalmente es puesto en práctica se degrada la comunicación, en ocasiones, de tal manera, que se torna imposible entenderse con algo de coherencia.

Por otro lado, es muy probable que en el desarrollo de una conversación hayamos sentido, alguna vez, que nuestros propósitos entran en conflicto con los de nuestro interlocutor, de manera que mientras estoy intentando comunicar en un sentido, la intervención de mi interlocutor es en otro nivel de comunicación totalmente distinto, lo que hace casi imposible lograr cualquier tipo de conexión saludable. Un auténtico lío.

Según Miquel Bonet, presidente de la consultora de selección ABR-Action Consulting “puede parecer que a veces nos expresamos mal simplemente por evitar la verdad cruda, pero en muchos casos lo que se consigue es precisamente no hacernos entender, que sería el único fin de la comunicación, olvidando que en el mundo empresarial el único sentido de la información consiste en hacerla productiva, y si la ocultamos no nos vale”.

Pero no todo el problema reside en el que intenta comunicar algo. A pesar de situar, muy a menudo, como responsable de la mala comunicación al emisor, se nos olvida que escuchar es el 50% de la comunicación interpersonal, y que en esto, también tenemos mucha responsabilidad como “escuchadores” del mensaje, ya que es muy común la confusión entre escuchar y oír. La diferencia entre ambas es la voluntad, de modo que escuchar implica una acción y una voluntad, mientras que oír no exige voluntad alguna.

De modo que, de la mala comunicación, (lejos de ser un mal que nos sobreviene sin comerlo ni beberlo), podemos ser nosotros los principales responsables. Un aforismo reza que “Dios nos dio dos orejas y una boca, para que las usáramos en idéntica proporción”, y es error muy común de los que se quejan de mala comunicación, intentar por todos los medios ser comprendidos, antes de tratar de entender ellos a su interlocutor.

El escritor y humorista Alfonso Ussía, contaba en clave de humor, que conocía a una mujer de la nobleza que presumía de saber hablar en doce idiomas y saber callarse en trece, lo que le hacía tener que estar verificando constantemente que lo que había escuchado era correcto, y no pensar que había comprendido a la primera.

Pero lejos de estar educados para escuchar a nuestro interlocutor, paradójicamente, estamos entrenados únicamente para hablar bien en público, para comunicarnos desde el punto de vista del emisor del mensaje, para construir y expresar bien nuestras ideas. En el colegio te enseñan a exponer temas, pero no hay clase de escucha; y hasta hace muy poco, en el mundo de la empresa, a los directivos, habitualmente bien entrenados para hablar en público, no se les entrenaba sobre la capacidad de escuchar.

Sin embargo, las ventajas de escuchar, en la comunicación interpersonal son cuantiosas, ya que la escucha activa, permite operar desde una base de conocimiento, accedes a que tu interlocutor te considere adecuadamente conocedor sobre su punto de vista, y a nivel emocional, te acerca a tu interlocutor, lo que va a facilitar la influencia mutua; y cuando se alcanza un grado de comodidad comunicacional tan elevado en una relación, sea del tipo que sea, la persona piensa de modo más creativo, y comparte su pensamiento, sentimientos e ideas con más entusiasmo.

Dionisio Contreras Casado Educador Social. Experto en Drogodependencias. Formador de Inteligencia Emocional.



lunes, 25 de noviembre de 2013

Líder: 12 consejos para mejorar tus habilidades de comunicación

Aprender a comunicarse de manera correcta, clara y precisa es una habilidad indispensable para nuestra vida profesional.
Independientemente de la industria a la que nos dediquemos, contar con habilidades de comunicación nos abre puertas, nos permite relacionarnos mejor con la gente a nuestro alrededor y nos da acceso a mejores empleos. También ayuda a que resolvamos problemas, demos a conocer nuestras ideas y proyectemos una buena imagen profesional.


Si piensas que la comunicación es una de las áreas en las que tienes que trabajar para alcanzar el éxito, sigue leyendo y descubre cómo mejorar.
1. Haz contacto visual. Mirar a los ojos a una persona es la manera más segura y eficaz de transmitir confianza. Sin palabras, seremos capaces de decirle a nuestro interlocutor que nos interesa lo que nos dice y que estamos escuchando de manera atenta.
2. Gesticula. De acuerdo con especialistas el 90% de la comunicación que transmitimos no es verbal, sino gestual. Nuestros movimientos corporales comunican mucho más de lo que pensamos, incluso de manera inconsciente.
En ocasiones un gesto puede persuadir, convencer y crear confianza mucho más que un discurso elaborado. Obsérvate y practica.
3. Ve al grano. Dominar la comunicación no significa hablar mucho, hacer presentaciones interminables o mandar largos mensajes por correo. Enfócate en ser claro en tus ideas y elimina el relleno para transmitir mensajes precisos.
4. Escucha antes de hablar. Un buen comunicador es siempre un buen escucha. Quien sabe escuchar no pierde información, hace preguntas oportunas y comprende a su interlocutor. Aprende a escuchar atentamente al reclutador en la entrevista, a tu equipo de trabajo y a tus colegas.
5. Atrévete a preguntar. Una gran barrera de la comunicación es el malentendido. La mayoría de la gente evita hacer preguntas por miedo al ridículo, sin embargo, ser capaz de expresar abiertamente tus dudas y admitir cuando no comprendimos una idea nos permite lograr un mejor entendimiento.
6. Lee. Leer de manera regular mejora nuestra comunicación oral y escrita. Ayuda a tener una mejor ortografía y amplía nuestro vocabulario. Lee diariamente noticias e información relevante en tu industria y además tendrás temas de conversación para establecer contactos y conocer gente nueva.
7. Confía en ti. Cuando fortaleces la seguridad en ti mismo se nota. Para ser convincentes y generar confianza en otros primero necesitas creer en tu capacidad y habilidades. Trabaja en ello.
8. Elige el medio correcto. ¿Tu medio de comunicación siempre es el correo electrónico? Quizá obtendrías mucho más de algunas personas si te acercaras a platicar de manera personal. Utiliza tu percepción para acercarte a la gente de la manera correcta, en ocasiones una llamada puede ser más personal y efectiva que un correo. Usa tu percepción para identificar cuál es el canal más conveniente para cada individuo.
9. Sé profesional. Utilizar un lenguaje casual durante la hora de comida, en compañía de tus colegas, no es ningún crimen. Sin embargo, es importante que identifiques los momentos en los que tu lenguaje debe ser claro y formal.
10. Actúa como un espejo. Vickie Austin, fundadora de la empresa de asesoría profesional CHOICES Worldwide, recomienda utilizar una técnica de comunicación denominada ‘mirroring’.
Consiste en observar el lenguaje corporal de nuestro interlocutor e imitarlo de manera sutil. Por ejemplo, si la otra persona afirma con la cabeza, hacer lo mismo segundos después. Con esta práctica es posible hacer sentir más cómoda y abierta a la otra persona y podemos obtener mayor empatía de su parte.
11. Grábate. Es una excelente alternativa antes de una entrevista o presentación. Al escuchar tu propio discurso podrás identificar si éste es fluido y claro. También puedes pedir a otros que lo escuchen y que te den su punto de vista.
12. No interrumpas. Evita completar el discurso de otros con tus propias ideas o desviar el tema de una conversación. Permite que las otras personas comuniquen sus ideas sin interrumpir y después expresa tus dudas o comentarios.
Aplicar estas recomendaciones en tu rutina laboral permitirá establecer una mejor conexión con la gente a tu alrededor. Ponlas en práctica y observa los resultados.
Fuente: OCCEducación

viernes, 22 de noviembre de 2013

Cinco claves para ser feliz

Por Luisa Carrasco

Si te preguntaran: “¿Qué es lo que más profundamente deseas en esta vida?”

Todos,  sin lugar a dudas, responderíamos… “Ser Feliz”.

Encontrar las claves de la felicidad no es tarea fácil. Somos seres maravillosos y complejos en continuo cambio, inmersos en una realidad que a veces nos supera.

Creo que en el colegio tendría que existir una asignatura específica que se preocupara de esto. Ser feliz es lo más importante en este viaje y muchas veces no sabemos navegar en el ancho y profundo mar. 

Creo que cada persona encuentra la felicidad de una forma distinta, pero existen claves comunes que facilitan el camino.

El orden no altera el producto. Todas ellas son imprescindibles para vivir feliz.

¡El Aquí y el Ahora! Vivir en el presente.

A todos nos pasa que tenemos un ruido mental constante que nos marea, nos confunde, nos arrastra y nos vence. Este ruido se alimenta del pasado y del futuro. El pasado te dice: “Y Si hubiera hecho tal cosa”, “Y Si no me hubiera pasado eso”, “Y Si hubiera tomado otra decisión”, y un largo etc. Si os dais cuenta muchas de estas frases empiezan por “Y Si…”

Y en el futuro también lo utilizamos insistentemente “Y Si no apruebo”, “Y Si me va mal”, “Y Si me pongo nervioso”, y otro largo y negativo  etc.
¡Salgamos del “Y Si” y sus consecuencias!


El “Y Si” se apoya en el miedo, en la frustración, en la culpa, en la negatividad. Te lleva al bloqueo y a la no acción.

Vive el presente. Algunas frases que te pueden ayudar a conseguirlo son: “Estoy aquí y ahora”. ”Eso es todo lo que está ocurriendo en este momento”. “Mi mente está ocupada y centrada en este instante”.

Esto es un entrenamiento, no desesperéis. La meditación y el yoga os pueden ayudar en ir adquiriendo esta práctica.

¡Tener metas y objetivos!

¡Fundamental! Un barco sin timón irá a la deriva. Una persona sin metas también. Tener metas en la vida significa tener ilusiones, tener razones por las que levantarte cada día.

Busca metas que vayan contigo, que nazcan de lo que te apasiona, de lo que te gusta, de lo que te motiva. Y después busca pequeños objetivos por cada una de ellas. Encontrarás la satisfacción de vivir haciendo lo que quieres hacer. Y si mañana sientes que esas metas ya no te sirven, ya no te hacen feliz, ¡cámbialas! Nada es eterno. Hay que probar, jugar, buscar, aprender, empezar.

¡Agradece!

Esta herramienta es muy  poderosa. Al agradecer nos centramos en lo positivo de las cosas, en lo bueno que hay en nuestra vida. Por otro lado, nos llena el alma de alegría. Puedes probarlo varios días seguidos y lo notarás en seguida. La alegría interior viene sola. Alguien puede decir “Es que yo no tengo nada que agradecer”, ¿Estás seguro?

Este artículo ha llegado a ti para algo, agradécelo. La vida está llena de mil detalles.

¡Confiar!

Yo cada día me despierto con el canto de los pájaros de mi bloque. Se pasan el día cantando. Lo agradezco muchísimo porque cada día me recuerdan una gran lección: Vivir el presente. Ellos cantan todos los días,  y sin embargo no saben que van a comer mañana. No digo que ahora seamos pájaros despreocupados de todo. Para eso tenemos nuestras metas y nuestros objetivos. La diferencia está en ocuparse y no en preocuparse. Vivir confiando. Si estás en la acción, en la búsqueda las cosas irán viniendo. Es imposible controlarlo todo, así que lo que no dependa de ti, déjalo fluir.

¡Revisa tus creencias!

¿Sabías que las creencias se pueden cambiar? De pequeños aprendemos miles de creencias y las dejamos permanentes en nosotros, sin ninguna revisión o cuestionamiento. De pequeño te decían “No hagas esto que viene el lobo”, la creencia que se construye detrás es “Si no hago lo que dicen mis padres me va a pasar algo malo”. En el mejor de los casos esto lo habrás superado o puede ser que siga existiendo en tu inconsciente. Podríamos poner muchos ejemplos.

Tu trabajo es ver qué creencias tienes que sientas que te limitan de alguna forma. Revísalas, cuestiónalas, y si ya no te valen, no te gustan o no van contigo, reconstrúyelas.

Espero que os sirvan estas claves y las compartáis con personas que  hayan aparecido en vuestras mentes mientras leías el artículo, es también para ellas.

Por Luisa Carrasco. Coach personal y Psicóloga.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Confianza y trabajo: dos pilares cuando todo tambalea

 Muchas veces podemos tener la sensación de que por mucho que trabajemos por un proyecto, un objetivo… no sirve de nada, y podemos llegar a plantearnos si lo que estamos haciendo dará algún día sus frutos. 


No ver el resultado directo de nuestro trabajo lo hace verdaderamente difícil, sobre todo cuando uno lleva muchos días aguantando fuerte el ánimo, pero llegan momentos en que afloja la ilusión, la motivación o la esperanza.



 Estas emociones son parte del camino de todo el que tiene el coraje de aventurarse en el terreno de la incertidumbre, y es necesario estar dispuesto a sentirlas y hasta aceptarlas como parte del plan, porque no podemos ignorar las consecuencias de nuestras elecciones. El que elige ganar, también ha elegido perder, porque es lo que conlleva el riesgo: puede que los frutos vengan o no, pero el que planta la semilla ya ha iniciado un camino que no tiene marcha atrás, y es su responsabilidad aprender a aceptar tanto la derrota como el éxito, pues ambos están ahí, como parte del juego.

 Pero el hecho de que cuando apostamos podamos ganar o perder no implica que sean excluyentes. Es decir, que la vida no es como una ruleta en la que se apuestan todas a un color, sino que es más bien una cadena de constantes retos, donde hay factores de suerte y otros que dependen de nosotros, y donde son muchas las veces en que puede cambiarse el marcador de nuestra partida. Por eso decía Kipling en su gran poema “If”: “si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso, y tratar de igual manera a ambos impostores“…

Hay un concepto en física que también se acabó por trasladar a la sociología: la masa crítica. Se define la masa crítica en la Wikipedia como la “cantidad mínima de material necesaria para que se mantenga una reacción en cadena”. Por ejemplo, cuando ponemos el agua al fuego para hervir unos macarrones, podemos ver que durante los diez minutos hasta que el agua empieza a burbujear, aparentemente no pasa nada. De un golpe de vista no distinguiríamos entre el primer minuto y el noveno, pero si hemos cocinado otras veces o sabemos algo de culturilla general, sabemos que el agua hierve a 100 grados, y que eso suele tardar unos minutos, así que no nos ponemos a mirar el fuego inquietos, pensando” ¿cuándo hervirá por fin?”

Pero también nos ocurre muchas veces en el ámbito de los proyectos vitales o profesionales, que  llevamos a cabo una serie de acciones y esperamos un determinado resultado, pero no llega. Y nos preguntamos cuándo llegará, inquietos, hasta a veces deduciendo que lo que estamos haciendo no está sirviendo  de nada… Y, de pronto, el día menos pensado, llega por fin. 

Y aparentemente no estaba pasando nada un mes antes, un día antes, o hasta unas horas antes, pero de pronto nuestra “película” da un giro, y cambia. Y lo que es curioso es que en realidad todos los meses anteriores tenían seguramente mucha relación con el punto en que el éxito llega, pero si los pasamos por alto, fijándonos sólo en las causas inmediatas, no ganaremos la fuerza ni la experiencia necesarias para la próxima vez que necesitemos ejercer la paciencia, la perseverancia y la confianza.
No puedes conectar los puntos mirando hacia adelante; solo puedes hacerlo mirando hacia atrás. Asi que tienes que confiar en que los puntos se conectarán de alguna forma en el futuro. Tienes que confiar en algo, tu instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea. Porque creer que los puntos se conectarán luego en el camino te dará la confianza de seguir tu corazón, incluso cuando te conduce fuera del camino trillado y eso hará toda la diferencia.” Steve Jobs
Por eso creo que es clave aplicar un doble principio: trabaja y confía. No dejes de trabajar aun cuando te vaya bien, porque nunca sabes qué pasará mañana, y qué recursos necesitarás. Y no dejes de confiar aun cuando te vaya mal, porque no sabes qué te traerá mañana, y si habrá un nuevo amanecer después de la oscuridad de la noche en la que vives.
El que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente.” Facundo Cabral
  
Por Beatriz, filocoaching.com