Las organizaciones sufren cambios constantemente, tanto en su componente operativo como en su estructura, cambios que se deben a los ajustes propios de la economía, principalmente, o a las innovaciones en esquemas y modelos de trabajo organizacional. Ahora bien, estos cambios implican riesgos, los cuales deben ser tenidos en cuenta por todo aquel profesional interesado en analizar el contexto empresarial.
El análisis de riesgos, más allá de revelar si una empresa tiene liquidez, si es rentable o no, es útil a la hora de determinar qué terrenos pisa la organización y, por lo tanto, sirve para determinar también su rendimiento.Ahora bien, ¿qué es un riesgo? Por riesgo se entiende la probabilidad de que la empresa no pueda enfrentar alguna situación inherente a su actividad. Hay tres clases de riesgos que deben tomarse en cuenta:
- 1. Riesgo operativo, financiero y total
- 2. Riesgo sobre el comportamiento de la rentabilidad
- 3. Riesgo del entorno o riesgo-país
Ahora bien, en determinado momento una empresa puede tener un riesgo alto y estar generando un alto rendimiento, pero inconstante, es decir, puede que su estructura financiera se mantenga igual, pero sus operaciones sí sufren cambios. A esto se le conoce como riesgo sobre el comportamiento de la rentabilidad. Si una empresa tiene un comportamiento errático en cuanto a los rendimientos, no habrá seguridad en la estimación del rendimiento futuro, lo que implica un riesgo. En este caso, el riesgo de la empresa depende de lo errático de este comportamiento.
De otra parte, aunque la empresa tenga poco riesgo estructural (operativo y financiero) y poco riesgo sobre el rendimiento de la inversión, puede estar en un ambiente adverso o económicamente riesgoso.
Al integrar los tres tipos de riesgos es posible evaluar una empresa en cuanto a qué tan riesgosa es y, por ende, establecer un nivel de rendimiento que compense este riesgo. Esta información facilita la toma de decisiones de la parte administrativa de toda empresa, ya sea PyME o empresa grande. El riesgo es inherente a los negocios. Es tarea de la empresa identificar y saber administrar sus riesgos, disminuirlos. Por esta razón, el administrador de empresas, más que ser un ente reactivo frente a situaciones empresariales, cumple un papel proactivo en el diseño de los perfiles de desempeño organizacional. Él como profesional de su campo ha de tener la habilidad para determinar riesgos y con base en ello, tomar decisiones sobre la organización que dirige.
La autora es Lic. en Filología de la U, Nacional, Bogotá-Colombia y Mg. en Literatura. Se desempeña como traductora profesional. Puede contactar desde autores@tisoc.com
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