José María García
La esencia de la Ley de la Atracción dice:
"Todo lo que experimentamos en nuestra vida, bueno o malo, lo hemos atraído con nuestra forma de pensar, sentir y actuar en el pasado".
Es decir, nuestro presente (nuestra "realidad") es el resultado de pensamientos+sentimientos+acciones del pasado. A partir de este entendimiento, los siete pasos a seguir son los siguientes:
- Aceptación: Aceptar nuestra realidad como lo que es, una creación nuestra. Aceptar sin luchar ni culparnos, simplemente reconociéndola (con responsabilidad). Cuando comprendamos que nuestros pensamientos coinciden con nuestro punto de atracción y que la forma en que nos sentimos indica nuestro nivel de aceptación o de rechazo, sostendremos la llave que nos permitirá crear cuanto deseemos.
- Aclaración: Mediante el proceso de lo que no nos gusta de nuestra situación y lo que sí nos gustaría tener en su lugar, acabamos encontrando la claridad necesaria para plantar las semillas de nuestros deseos. Nuestra verdadera misión es decidir lo que queremos y enfocarnos en ello, pues enfocándonos en lo que queremos, lo atraemos. Ése es el proceso de crear: pensar en lo que queremos, pensar mucho y con mucha claridad, para que nuestro Ser Interior nos ofrezca la emoción correspondiente. Y cuando pensamos y experimentamos la emoción, nos convertimos en el imán más poderoso que existe.
- Emoción: Nuestra guía personal e intransferible son nuestras emociones, ellas nos indican cómo nos estamos sintiendo en relación con nuestra realidad actual. Por eso, a través de la pregunta "¿cómo me voy a sentir cuando tenga lo que deseo?", conseguimos encontrar las emociones positivas necesarias para comenzar a emitir vibraciones de frecuencia alta que atraen otro tipo de realidades de mayor bienestar para nosotros. Nuestras emociones nos indican en todo momento nuestro grado de aceptación o resistencia. Nuestras emociones son el indicador físico de nuestra relación con nuestro Ser Interior. En otras palabras, mientras centramos la atención en un objeto y tenemos una visión y opinión específica sobre el mismo, nuestro Ser Interior también está enfocado en ello y tiene su propia visión y opinión. Las emociones que sentimos son las que nos indican nuestro acuerdo o desacuerdo con esas opiniones.
- Imaginación: Poner en marcha nuestra forma particular de imaginar nuestros deseos nos permite conectar con el infinito campo de posibilidades que pueden manifestarse en nuestra vida para ir transformando nuestra realidad actual. Esto se logra con el ejercicio denominado "¿Qué tal si...?" En este proceso nuestra meta es invocar imágenes que nos hagan emitir una vibración que permita nuestro deseo; es crear imágenes que nos hagan sentir bien; es descubrir el lugar de los sentimientos de cómo sería si consiguiéramos nuestro deseo, en lugar de descubrir el lugar de los sentimientos de cómo sería si no lo consiguiéramos.
- Afirmación: Una vez imaginadas todas las posibilidades que podrían hacerse realidad en nuestra vida, las acercamos más hacia nosotros con el poder de la afirmación positiva. Por esta razón, se utiliza el ejercicio llamado: "Estoy atrayendo…" Porque lo que llega a nuestra experiencia es lo hemos invitado a través de nuestros pensamientos. Y si nos tomamos un tiempo, varias veces al día, para identificar lo que queremos y exponer la afirmación de nuestro deseo o expectativa, adquiriremos el control magnético de nuestra propia experiencia. Ya no seremos la "víctimas" (en realidad, eso no existe).
- Visualización: Las afirmaciones por sí solas no sirven de gran cosa. Visualizar cada una de las situaciones a las que nos llevan las afirmaciones es lo que hace realmente que comencemos a vivirlo en todo nuestro ser (muy parecido a los sueños que tenemos durante la noche). La imaginación es la capacidad de crear una idea, una imagen mental o una sensación de algo. La visualización creativa consiste en utilizar nuestra imaginación para crear una representación clara de algo que deseamos que se manifieste.
- Repetición: Para que todo este proceso se integre en nuestro ser y se vaya grabando en nuestro inconsciente, es necesario repetir, repetir, repetir, hasta adquirir el hábito mental y emocional. Está comprobado por la Neurociencia que nuestras neuronas necesitan un mínimo de 21 días de repetición para construir nuevas redes neuronales, lo que nos permitirá adquirir nuevas formas de pensar, de sentir y de actuar (esto lo saben muy bien en el mundo deportivo en general). Al final, a través de la repetición nuestro inconsciente acaba creyendo lo que le grabamos, igual que si lo hubiera vivido en realidad y así comienza a colaborar en nuestro favor, aportándonos más claridad, más valor, más intuición, más inspiración, más tranquilidad, más seguridad.
"Porque es una Ley: cuando cambiamos nuestra mente, cambiamos nuestra vida".
José María García es Coach Personal Certificado por CoachVille Spain y Formador de The Secret España.
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