viernes, 25 de octubre de 2013

En tiempos de crisis, lo GRATIS nos gusta

Es increíble la creatividad que uno puede llegar a desarrollar cuando le faltan recursos. De hecho, éste es el principio de la economía: que los bienes son escasos. Si no lo fueran, no sería preciso aprender a gestionarlos, ni preocuparse por ganar o perder. Por eso esta crisis ha despertado la creación de nuevos negocios, de grandes iniciativas no lucrativas, de movimientos sociales, de la aparición de nuevos artistas… Creatividad, por tanto, muchas veces va de la mano de la escasez. Como escuché decir hace poco en una entrevista a la periodista Cristina Fallarás, lo bueno de perderlo todo es que uno deja de tener miedo absolutamente, y cuando se pierde el miedo, es mucho más fácil que uno se aventure en lo que realmente le apasiona.

Me gusta bastante la idea de preocuparse poco y más bien ocuparse. Pero mientras nos ocupamos, cada uno trabajando lo mejor que pueda, por salir de este “chaparrón”, podemos pasarlo bien dentro de las posibilidades. Porque la vida sigue siendo corta, incluso para estar “de crisis”. Y cuando digo la vida me refiero a lo que realmente importa. ¿Qué es lo que realmente importa para ti y cuánto tiempo, energía, atención… y, sobre todo, ilusión, estás poniendo en ello?

Vivimos en una época histórica sin precedentes, donde cada vez hay más recursos y acceso a información. La red está llena de personas y entidades que de forma gratuita promueven intercambios de favores, crowdfunding, plataformas open-source, cursos gratuitos de Youtube… Gracias a miles de programadores, bloggeros, profesores, artistas… tenemos Wikipedia, Google, foros sobre temas de lo más increíbles y específicos, vídeos con partituras, recetas de cocina, clases de todo tipo de temas…

¡Tu mente también necesita descansar! ¡Allá vamos con el fin de semana!

Con la llegada del fin de semana, habrá quien tenga grandes opciones, grandes planes, grandes ilusiones. Pero para aquellos que quieran alguna inspiración para dar rienda suelta a su creatividad al servicio de su felicidad, aquí pongo un listado de cosas apetecibles que uno puede hacer gratis.

  • Investiga sobre un tema que te apasione. Sal de las redes sociales, y adéntrate en las profundidades de algún tema que te atraiga: ¿pintura?, ¿equitación?, ¿música rock?, ¿gastronomía?… Elige un personaje que te interese de la Historia o de la actualidad; o bien elige un lugar al que te encantaría viajar; o elige un/a artista que quieras descubrir más a fondo. ¡Ten curiosidad, aprende, descubre, explora! Recuerda aquellas cosas que realmente te encantan y riega esa semilla de tu pasión interior, para que esa energía te ayude después a afrontar situaciones del día a día.
  • Canta. Sí, así de simple. Quizá de las aficiones maś baratas. Al hacerlo, quizá al principio puede que te cortes, o que te salga poca voz, o que te sabotees pensando que no lo haces bien, o que no consigas terminar la letra de la canción. Pero en seguida eso se pasa, y llega el momento “mágico” en que te sale con naturalidad, y de una canción saltas a otra, porque te vas acordando. Funciona mucho con canciones de la infancia, porque conectan con tu lado inocente e infantil y ayudan a que te desinhibas, dejando de lado tus prejuicios y miedos que te impiden disfrutar al máximo. Cantar libera mucho, activa nuestra parte emocional, regulariza nuestros pulmones y toda la respiración, y termina por relajarnos. Probarlo no cuesta nada, y como decíamos, es gratis :)
  • Sal a pasear con tu pareja. Simplemente pasear es algo increíble. Si no, acuérdate de cuando acabas de enamorarte: disfrutabas muchísimo sólo con su mera compañía. Re-descubre a la persona enamorada que hay en ti, porque sigue ahí, y no sólo está enamorada de tu pareja, sino también de la vida que te rodea. Como dice Fancundo Cabral, “no estás deprimido, estás distraído. Distraído de la vida que te puebla: delfines, mares, montañas…”
  • Si no tienes pareja, o no puede acompañarte en el paseo, sal solo, y recuerda disfrutar de tu soledad, que también enriquece mucho el espíritu. Ser capaz de estar y disfrutar solo nos permite también vivir mejor en compañía. Porque quien se conoce y se quiere, quien disfruta consigo mismo, sin duda también regala más de eso a los demás. Por otro lado, el silencio nos ayuda a descubrir cosas que con el ruido de las palabras no “oímos”. Y sea dicho de paso: con pareja también está muy bien practicar el silencio juntos de vez en cuando. ¡Lo recomiendo vivamente!
  • Coge alguno de esos libros llenos de polvo de tu estantería… ¿Alguno tendrás, no? Volver a leer un libro ya leído tiene el encanto de que nos ayuda a auto-conocernos y a comprender cómo hemos cambiado y evolucionado desde la última vez que lo leímos. ¡Qué diferente parece a veces la misma cosa con el paso del tiempo!
  • Y si quieres libros nuevos por leer, imagino que tendrás cerca alguna biblioteca municipal. Son lugares fantásticos, llenos de libros, de personas de diferentes edades y estilos… y con un silencio muy agradable que permite sentirse acompañado y al mismo tiempo concentrarse en algo, cosa de la que uno no siempre puede gozar en la ciudad o en casa.
  • Ayuda a alguien. Regala una sonrisa, un comentario amable, una ayuda con tus manos… o haz un regalo baratísimo y que no conozco a nadie que no le guste: ¡escucha!
  • Apúntate a algún concurso. ¡Tal vez ganes y no es como la lotería: no habrás gastado dinero, y encima puede que descubras que aquel talento oculto que tienes triunfa más de lo que piensas! Y si no, mientras tanto, lo habrás pasado bien haciendo algo que te gusta hacer.
  • Ponte canciones positivas, recupera una vieja afición del fondo de tu baúl de los recuerdos, sal a correr, ve una película, pon un monólogo que te haga gracia, píntate las uñas, ordena tu armario, cocina algo nuevo, baila, date un masaje o dáselo a tu pareja (o pídeselo, ¿por qué no?), charla con un buen amigo de aquellos con los que te ríes, o aprendes, o te sientes como en casa…

Por beatrizarizarossy

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