El secreto de tu éxito, de tu prosperidad, de
mejorar tu vida, de ser más feliz o de lo que sea que quieras conseguir está en
creer en ti.
Todos tenemos talentos escondidos que quizá
nunca saldrán a la luz por no sentirnos capaces, por compararnos con otros, por
no ponernos en acción o por quedarnos cómodamente en nuestra “baldosa”, la
famosa zona de confort, sin movernos.
Nacemos con capacidades especiales pare
realizar algo, pero muchos moriremos sin enterarnos de que las teníamos o sin
atrevernos a convertirlas en habilidades y ofrecerlas al mundo.
A veces somos nosotros mismos los últimos en
reconocer lo que sabemos hacer bien, aquello que no nos cuesta y con lo que
además disfrutamos. Nos resultan “normales” nuestras capacidades por la
facilidad que tenemos para realizarlas y no les damos valor.
Son las personas que nos rodean, familia y
amigos, los que se dan cuenta de nuestro potencial. Pero por mucho que nos
digan lo buenos que somos y lo bien que se nos da hacer determinadas cosas, si
nosotros mismos no nos sentimos capaces, si no creemos en nuestros talentos,
nunca los sacaremos a la luz.
Si tenemos la suerte de que en ese círculo de
personas que nos conocen, alguien nos anima a sacar lo mejor de nosotros, nos
motiva a ponernos en marcha y cree de verdad en nuestro potencial, empezaremos
a creérnoslo y a verlo como una posibilidad nueva en nuestra vida.
Esta es la labor de un coach, sacar lo mejor
de cada persona, darle brillo a esa parte que tienen escondida, olvidada o que
ni siquiera se han dado cuenta de que la tienen. Y esto es lo que me encanta de
mi profesión, ponerles un espejo a las personas para que vean lo mucho que
valen.
Pero también es una labor de cada uno con las
personas que nos rodean. Los padres con sus hijos, los amigos, los compañeros…
una palabra de ánimo, de reconocimiento, hace que las personas nos sintamos más
seguras y capaces de hacer más cosas.
Pero no basta con el reconocimiento, propio o
de otras personas, eso es sólo el principio, lo importante es que nos lo
creamos de verdad.
Quizá conozcas a personas a las que consideras
muy buenas en algo, pero ellas no lo ven. Tú mismo puedes ser una de ellas.
Piensa en qué te dicen que haces bien, en qué te reconocen que eres hábil, qué
envidian “sanamente” en ti. ¿Lo estás haciendo? ¿Has pensado en potenciarlo?
¿Te gustaría dedicarle más tiempo?
Todos, en potencia, tenemos fuerza de
voluntad, responsabilidad suficiente y capacidad para superar retos. Pero
nuestras capacidades pueden quedarse adormecidas hasta que las circunstancias
de la vida nos hacen sacar nuestro auténtico poder.
Muchas de las personas que llegan a conseguir
lo que quieren lo hacen tras un golpe duro de la vida. La necesidad de salir
adelante tras una gran dificultad hace que las personas saquemos todo nuestro
potencial para superar las adversidades.
Son los retos lo que nos desafían a sacar lo
mejor de nosotros mismos, son las dificultades las que nos hacen activar
nuestra creatividad e imaginación para encontrar soluciones.
Como dice Albert Einstein, “En tiempo de
crisis, la imaginación es más importante que el conocimiento”. Entiendo como
crisis no sólo las económicas, sino también las personales.
Ir superando retos, ya sean “impuestos” o
elegidos, nos hacen creer cada vez más en lo mucho que valemos.
No esperes a que una dificultad te empuje a
sacar lo mejor de ti. Empieza hoy.
“La vida no es fácil, para ninguno de
nosotros. Pero… ¡Qué importa! Hay que perseverar y, sobre todo, tener confianza
en uno mismo. Hay que sentirse dotado para realizar alguna cosa y que esa cosa
hay que alcanzarla, cueste lo que cueste.” Marie Curie
Artículo escrito por Mª Victoria Martínez Lojendio
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