miércoles, 23 de febrero de 2011

Coaching para mujeres: Mujeres profesionales y familia, un difícil equilibrio

Matilde Pérez

1. Compaginar la carrera profesional y vida privada es también cosa de hombres Toma esta frase como una consigna: la mujer no es la única responsable de compaginar la vida profesional y familiar. El hombre también debe hacerlo. No es posible que en el siglo XXI el hombre se quede al margen de este trabajo común. Las tareas domésticas y el cuidado de los niños son cosas de dos. Y no sólo las mujeres se beneficiarán de no hacer dos jornadas laborales, sino que también los hombres y la sociedad en general: los hombres porque se enriquecerán al practicar la gestión doméstica y la sociedad que podrá sacar provecho del talento de las mujeres.

Uno de los problemas no resueltos de la paridad es que las mujeres no han alcanzado masivamente los puestos de responsabilidad en la empresa y la sociedad. Uno de los obstáculos con el que se encuentran es la responsabilidad de la vida familiar. El estereotipo de la mujer cuidadora y abnegada y unos horarios con reuniones que se prolongan hasta tarde son una verdadera barrera. Así que muchas renuncian tarde o temprano a desarrollar su trayectoria profesional.

El momento de la maternidad es crítico en este sentido, pero el desánimo por los obstáculos que hay que salvar en ese mundo de valores tan masculinos es frecuente. Sin embargo, son cada vez más numerosas aquellas que consiguen llegar allí donde se han propuesto.

El coaching es de gran ayuda para facilitar el recorrido: ayuda en la organización del tiempo, ordena las actividades según su prioridad respecto a los objetivos y un plan trazado estratégicamente.

El coaching es un proceso que te reconciliará con tus objetivos, aquellos que aun no has cumplido y aquellos a los que siempre aspiraste. El coaching es un antídoto del estrés que te hace menos operativa, legitima la defensa de tus ambiciones y te da la mano para superar los obstáculos profesionales y personales. El coaching es un método para redactar tu plan de acción personalizado, perfeccionarlo y ajustarlo a medida que lo vas desarrollando.

2. Cuando el trabajo y la familia son incompatibles, hay que negociar

La familia y los hijos son temas recurrentes en el coaching de mujeres. La mujer profesional necesita ocuparse de su trabajo, de su familia, de sus hijos; todo esto influye en su vida profesional.

Cuando la mujer está trabajando piensa en la familia, organiza los deberes, las cenas, los baños y es ella quien adapta su agenda para compaginar el ámbito familiar y el profesional. El hombre, exento de esa carga familiar, se siente liberado y no necesita tratar ni hablar de estas cuestiones, ya que en apariencia no tiene estos problemas. La mayoría tiene la posibilidad de centrarse en su trabajo sin las preocupaciones familiares cotidianas. Es evidente que muchos no son insensibles a sus hijos y a su familia, pero cuentan con el respaldo de su mujer para la organización e infraestructura doméstica (hijos, plancha, etc.).

Frente a esta situación tan desigual, la negociación de las tareas domésticas es primordial. No aceptes la carga, negocia sin confrontación, con asertividad y decisión. Las mujeres no negocian bastante y dudan mucho antes de formular peticiones que les interesan. Integrar la negociación en la vida cotidiana es uno de los objetivos prioritarios del coaching para mujeres.

3. ¿Cómo se interponen los estereotipos culturales a las responsabilidades profesionales?

La cultura sigue inculcando que las mujeres prefieren retirarse de la vida profesional para dedicarse a la familia. Es cierto que muchas mujeres renuncian a su carrera profesional y a su potencial, pero algunas lo hacen simplemente porque se sienten presionadas o piensan que es su única elección. El trabajo de mujeres y hombres no pesa igual dentro de la pareja.

Los supuestos que siguen animando a la mujer a abandonar su trabajo son:

  • El estereotipo de mujer cuidadora de la familia.
  • La carga familiar bajo su responsabilidad exclusiva.
  • La mala reputación que tiene la ambición profesional de las mujeres vinculada al argumento de que la auténtica realización de la mujer es ser madre y lo único importante para ella son los niños (sobreentendiendo que el resto es muy secundario).

4. Las parejas modernas también

En muchas parejas modernas con similar nivel de formación y responsabilidades comparables, el acuerdo que consiste en que quien gane menos dinero seguirá al que gane más, equivale a paralizar a la mujer. Primero, por la respuesta estadística de que el hombre gana un 30% más; segundo, porque la maternidad retira a la mujer temporalmente del ámbito laboral y le hace perder tiempo justamente en el período en que debería dedicarse a su promoción.

5. Posicionamiento de la mujer en el trabajo

A las mujeres les cuesta apropiarse de su trabajo, de su estatus y de los proyectos que están bajo su responsabilidad. En muchas ocasiones, las mujeres esperan que algo o alguien superior hagan de guía; no se atreven a exponer o llevar a cabo sus iniciativas y el resultado es que a menudo aceptan o incluso buscan un rol secundario, se quedan al margen o ven como alguien rentabiliza sus ideas.

Depende de ti adoptar una posición más proactiva, no abandonar tus objetivos, llegar lejos. Esto lo veremos en la segunda parte del artículo.

Matilde Pérez es Dra. en Ciencias Sociales, especialista en Management y Habilidades Directivas, coach formada por Tisoc Coachville. Actualmente es Directora del proyecto www.coachingparamujeres.es

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