Por María José Bedoya
El coaching es un método que consiste en dirigir, instruir y entrenar a una persona o a un grupo de ellas con el objetivo de conseguir alguna meta o de desarrollar habilidades específicas. El proceso se lleva a cabo mediante la interacción de un coach (asesor, tutor, guía) y un coachee (individuo o grupo de personas que persiguen una meta), interacción que difiere de aquella establecida entre maestro y alumno en el sector escolar, en cuanto a que en el coaching el coachee tiene las propias respuestas a sus dudas y es él quien encuentra la solución a sus problemas por medio de la ayuda, la asesoría, el acompañamiento del coach, figura que le facilita su autoaprendizaje y autoconocimiento por medio del método de interrogación, formulación de preguntas cuyas respuestas tiene el coachee. Por lo tanto, el coaching dista de la educación magistral: es una introspección del coachee.
La relación que se da entre coach y coachee no tiene que ser necesariamente presencial, esto quiere decir que es posible realizar un proceso de coaching a distancia y "sin distancia" gracias a la Internet y otros medios tecnológicos. A este tipo de coaching se le denomina Coaching Virtual.
En esta categoría de coaching, el coach cumple con su papel de facilitador, guía, acompañante del coachee, impulsor de sus procesos de cambio, tarea que realiza mediante la comunicación y el despertar de la motivación y la sensibilización de su coachee por medio de sus palabras.
La comunicación es el elemento fundamental del Coaching Virtual; es por medio de ella que el coach podrá fungir como observador de los comportamientos de su coachee y podrá orientar su proceso. De acuerdo con lo anterior, es de prima importancia que el coach que desarrolle Coaching Virtual posea excelente competencia comunicativa, en especial en lo que refiere a la habilidad de lectura de discurso escrito. Esto es evidente al tener en cuenta que la no interacción presencial hace que ciertos rasgos propios del discurso verbal, paraverbal y no verbal sean nulos a la vista y se evidencien por medio de palabras. Y es que en las interacciones virtuales, principalmente en aquellas que se dan por medio del chat o el correo electrónico, no siempre se manifiestan las emociones de manera explícita; sí, existen los emoticones y las cámaras web, pero no siempre se usan estos recursos.
El coach como observador de la realidad de su coachee, a pesar de la distancia, hace lectura de las comunicaciones virtuales que entabla con éste. Se centra en el mensaje explicito (manifestado en el contenido), el aspecto emotivo del mensaje (la fuerza, el estado de ánimo, las emociones), el estilo discursivo e incluso la no respuesta, pues el silencio también significa. Cada palabra del coachee es importante; el orden de sus ideas en su expresión escrita es importante, tiene un significado y da pistas claves no sólo en relación con su mensaje explícito, sino también con lo implícito, como sus estados de ánimo, sus miedos, entro otros aspectos. El discurso escrito revela una imagen del coachee; su estilo de escritura es un reflejo de su ser.
A partir del análisis del discurso escrito del coachee, el coach debe construir su propio discurso, acorde con lo que su cliente necesita. Sus mensajes deben ser de seis clases:
- Informativos: claros, concisos, sin pie para la ambigüedad; siempre ha de preguntarse si la información suministrada ha quedado clara.
- De motivación: que promuevan en el coachee una actitud hacia el cambio y la mejora en sus acciones y la consecución de sus metas.
- De recordación: resúmenes que hagan recordar acuerdos, fechas, tareas planeadas.
- De coordinación: que permitan organizar y regularizar los modelos de coaching acordados por los participantes.
- De feedback: retroalimentación y evaluación del proceso.
- De cierre: conclusión de etapas y del proceso.
Cada mensaje debe ser expresado según el tipo la intención comunicativa que se desea transmitir, el propósito que lo origina, el proceso que se lleva a cabo y las necesidades y estilo del coachee. El discurso ha de adecuarse el interlocutor y a la situación comunicativa y ha de originar en el receptor (coachee) una reacción positiva para su proceso de coaching.
Ahora bien, en términos de estructura, la sesión de Coaching Virtual personal incluye:
- Preparación del ambiente de la sesión virtual.
- Mensaje introductorio de recordación y demanda de compromisos pendientes.
- Diálogo entre coach y coachee en relación con los compromisos, las posibles dudas, el proceso, las novedades que surjan y el tema o las actividades propias de la sesión según el cronograma establecido.
- Retroalimentación.
- Cronograma para entrega de nuevos proyectos o concreción de compromisos.
- Cronograma para pronunciarse sobre proyectos.
- Recordatorio previo al cierre.Finalización de la sesión por parte del coach.
- Preparación del ambiente de la sesión virtual.
- Mensaje introductorio de recordación y demanda de compromisos pendientes.
- Retroalimentación general de tareas y compromisos efectuados.
- Definición de grupos de trabajo para la actividad o tarea de la fecha.
- Explicación de actividades.
- Actividades y consejería.
- Retroalimentación de actividades de la sesión.
- Cronograma de nuevas tareas y compromisos.
- Cierre y motivación de parte del coach.
Es evidente que la distancia no es un impedimento a la hora de hacer coaching. Basta con tener la actitud, la habilidad y las herramientas comunicativas y tecnológicas necesarias para desarrollarlo, herramientas que favorezcan el acercamiento de las partes: coach y coachee.
¡Que la tecnología sirva para unir, no para aislar!
La autora, de nacionalidad guatemalteca, es profesional en publicidad. Trabaja en el área de la motivación personal y el coaching.
No hay comentarios:
Publicar un comentario