Seamos
realistas, todos dejamos marca. Y cada profesional tiene
ante si una oportunidad de branding.
Por esa razón la posibilidad de invertir en el branding de las personas que
forman parte de una empresa resulta cada vez más atractiva para algunas
empresas. De hecho, lo primero que “compramos” de una empresa son sus personas, si
ellas nos convencen confiaremos más en los productos y servicios de la compañía.
Desde que Tom Peters planteó
el término “marca personal” en su artículo de la revista Fast Company a
finales de 1990, el concepto no ha hecho más que crecer. Y en ese momento la
revelación fue que podíamos ser una potencia individual,
separada del paraguas
corporativo.
Pero ha llovido mucho desde entonces: blogs, redes sociales ,
branded content, el boom del vídeo… Sin embargo, casi dos décadas más
tarde , la mayoría de las empresas siguen separando la comunicación corporativa de
la marca personal. Eso
significa que las marcas están perdiendo la oportunidad de comunicar la
experiencia colectiva de las personas que han contratado para que sean una
parte crucial de su equipo.
La buena noticia es que esta tendencia está a punto de cambiar. Algunas
empresas ya se están dando cuenta del impacto positivo que tiene la marca individual de su gente en lacomunicación e imagen global de la empresa.
Aquellas organizaciones que inviertan en el branding personal de sus empleados no solo van a dar visibilidad y valor al talento de la gente que han
contratado sino que van a beneficiarse del poder de la comunidad.
Y es que el personal branding es como un puente entre una empresa y sus personas.
Una unión capaz de construir marcas poderosas. Marcas con esencia, talento y
capaces de abrazar lo mejor de su gente y lo mejor de su corporación. Y eso es
sin lugar a dudas el Full
Branding.
Publicado por: Alexia Herms
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