lunes, 6 de enero de 2014

Cambia tu actitud, cambia tu vida

Este es el título de una conferencia que doy, con la que me estrené como conferenciante. La he impartido dos veces en mi ciudad, Santa Cruz de Tenerife, en el Hotel Taburiente. Disfruté mucho haciéndolo, me encanta transmitir lo que vivo, lo que pienso, lo que siento.

Elegí este tema porque creo que la actitud es una de las “herramientas” más poderosas que tenemos y que puede suponer una mejora importante en nuestra vida. Está claro que me estoy refiriendo a la “buena” actitud.
La actitud es una manera de ser, una forma de pensar, es una manera de “levantarse” cada mañana y que determina una buena parte de lo que conseguimos.

La buena actitud es: ser optimista, ser responsable; es querer aprender, hacer, saber, motivar, comprender, querer avanzar; es ponerse metas, ser buen amigo, ser buena persona, ser generoso, tener una mente abierta, ser perseverante. Una buena actitud es esperar lo mejor, es dar lo mejor, es ser humilde, es relacionarse bien, es ser agradecido, es querer disfrutar de la vida, es compartir, ayudar y dejarse ayudar…

En definitiva, tener una buena actitud es querer disfrutar de todo lo bueno que la vida te ofrece y saber asumir lo menos bueno. Cambiar aquello que no te gusta, si puedes, o incorporarlo a tu vida si no hay más remedio.
Se consigue más con una buena actitud que con un gran conocimiento.
El cambio personal es un asunto de actitud y compromiso más que de conocimiento.

Lo que no sabemos lo podemos aprender o buscar en los libros o en Internet. Pero la actitud no la podemos encontrar fuera, es algo de dentro, algo que tú decides. Algo que llevas puesto… o no.

¿Es difícil cambiar la actitud?

Lo difícil no es cambiar la actitud, lo difícil es decidir cambiarla o quizá darnos cuenta de que podemos elegir cambiarla.
Porque, a veces, ni siquiera pensamos que podemos elegir. No somos conscientes de que el cambio de actitud lo tenemos que generar nosotros, simplemente decidiéndolo.

Y una vez que cambiamos nuestra actitud lo difícil es volver a ser como antes, porque todo lo que conseguimos son beneficios.
¿Quién no ha conseguido algo con una sonrisa?
Si eliges tu actitud eligiendo tus pensamientos, el cambio será inevitable.
“Tu actitud no tu aptitud es la que determinara tu altitud “. Zig Ziglar
Cambiar no quiere decir convertirse en alguien distinto a quien eres, sino sacar lo mejor de ti.

Un breve cuento que ilustra el artículo.

Se cuenta que hubo un niño muy sensible e inteligente, que solía preocuparse y lamentarse por el estado en el que se encontraba el mundo.
Durante su juventud, empezó a protestar y a quejarse por las políticas impulsadas por el gobierno de su país.

Frustrado por no conseguir los cambios que deseaba, al llegar a la edad adulta centró sus críticas y juicios en su mujer y sus hijos. Fue sin duda una vida marcada por la lucha, el conflicto y el sufrimiento.

Sin embargo, al cumplir 80 años y aquejado de una enfermedad terminal, experimentó una revelación que transformó su manera de ver la vida.
Tanto es así, que horas antes de fallecer dejó por escrito el epitafio que más tarde se escribiría sobre su tumba: “Cuando era niño quería cambiar el mundo. 
Cuando era joven quería cambiar a mi país. Cuando era adulto quería cambiar a mi familia. Y ahora que soy un anciano y que estoy a punto de morir, he comprendido que si hubiera cambiado yo, habría cambiado todo lo demás”.

“Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia.” Honoré de Balzac

Por Mª Victoria Martínez Lojendio

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