lunes, 20 de enero de 2014

Tú eliges cómo procesas aquello que la vida te brinda

Tú, como un árbol, no puedes elegir cuándo sale el sol o cuánta agua recibes, pero puedes hacer lafotosíntesis o el aprendizaje que quieras de aquello que la vida te brinde

Muchas personas, tras sufrir una decepción con un socio, una pareja, un amigo… pierden la confianza en el ser humano. Para ellos he escrito este post. Porque uno puede pasar por un momento de fracaso, frustración, decepción… pero la cuestión es qué decides hacer con lo que te pasa: si decides aprender algo de la experiencia, o te conviertes en víctima de lo que te ha sucedido. Si no arriesgas no ganas, y esto ocurre también con las relaciones – personales, sociales y profesionales -, que cuanto más interactuemos con personas y más nos impliquemos en crecer y profundizar en nuestras redes personales y sociales, más fácilmente encontraremos grandes conexiones, sinergias, proyectos comunes, personas fascinantes… pero también más fácilmente podemos tener problemas, disgustos, conflictos o dolor. Decía Bob Marley, “todo el mundo te hará daño de alguna manera. La cuestión es saber por quién vale la pena sufrir.”


“Si tuviera tiempo de pensar en ti, probablemente te despreciaría” Humphrey Bogart en Casablanca



Creo que esta frase de Bogart invita a poner la atención en lo que realmente te importa y no distraerte con aquello que no te hace feliz y saca lo peor de ti. Justamente porque la clave no es lo que los demás hacen, sino lo que nosotros hacemos con lo que nos hacen: si elegimos ser víctimas o responsables de nuestra vida.

Pueden herirte, despreciarte, robarte… pero nadie puede cambiar quién eres, si no les dejas.

La clave está en qué hacemos nosotros con lo que nos dicen, nos hacen o con lo que nos sucede en la vida; quién elegimos ser en nuestras circunstancias, en vez de justificar nuestras acciones como víctimas de lo que nos viene de fuera. Porque tal actitud nos podría llevar a justificar los delitos de todos nuestros antepasados, a partir de los errores de los anteriores, en una cadena infinita de víctimas y culpables que nos remontaría a los primeros simios.
“Detesto el victimismo, y estoy dispuesto a pagar sin vacilaciones el peaje de mi indepencia” Antonio Escohotado
“De la piel para dentro mando yo.” del mismo autor

¿Y tú? ¿Dejas que los demás definan quién eres, sean responsables de lo que haces o condicionen lo que sientes o piensas?

Recuerda que hay muchas maneras de ser victimista, y hacer lo que los demás esperan de nosotros no es en absoluto la única: si intentas hacer lo contrario de lo que esperan o simplemente te dejas alterar de algún modo en lo que haces, ignorando u olvidando lo que quieres a costa de reaccionar a los demás, también estás siendo víctima.
La cuestión es dónde pones la atención, porque eso determinará la vida que tendrás a partir de hoy: si la pones fuera de ti, y vives reaccionando a lo que pasa fuera; o la pones dentro de ti. Y esto no significa aislarse ni dejar de escuchar al mundo, sino interactuar con la vida, las personas, las circunstancias desde ti, desde quién eres y lo que quieres.

Por Beatriz Ariza Rossy


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